Oro vs. agua

POR NARCISO ISA CONDE.- El Ministro de Energía y Minas por fin habló de minería y lo hizo cuando Barrick Gold está chantajeando para imponer su expansión a Yamasá y su “presa de cola” en Guaces; cuando Gold Quest insiste en asaltar el oro de San Juan, justo arriba de la presa de Sabaneta y al lado del río San Juan (“presa de cola” incluida); cuando Unigold quiere hacer lo mismo en pleno Parque Nacional Manolo Tavárez y Falcondo penetrar a las entrañas de la Cordillera Central.

Antonio Almonte no es tonto, ni está desinformado. Es talentoso, capaz y bien informado. Pero esta vez quiso hacerse el tonto y desinformado, lo que despierta legítima sospecha de que este gobierno está en el tren de favorecer la voracidad de las transnacionales mineras. Él sabe que las “presas de cola” son depósitos de desechos tóxicos con vida cuasi eterna, sujeta a derrames y colapsos para perjuicio exclusivo del país que las acepta; y conoce los enormes daños ambientales ya provocados por las explotaciones de oro y níquel en el centro de la isla y sabe del contrato-estafa de Barrick y los pasivos ambientales de Falcondo.

Sabe de enormes volúmenes de agua sustraídos gratuitamente por Barrick de la presa de Hatillo; sabe que su expansión a Sierra de Yamasá, equivale a la muerte de los ríos Ozama e Isabela, y a la liquidación de las principales fuentes de agua, la biodiversidad y la agricultura…desde Villa Altagracia-Loma Novillero, pasando por Gran Santo Domingo y Monte Plata, y extendiéndose a la parte más empobrecida del Este del país y más allá.

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Sabe que Loma Miranda no necesita más estudios para establecer que es el único pulmón que le queda al Cibao Central y que su explotación arrasaría con un tesoro de biodiversidad y con la producción agrícola y pecuaria del Nordeste; sabe que parecidos efectos provocaría Gold Quest a lo largo del Yaque de Sur (desde Azua hasta el Suroeste), y los estragos que ocasiona a la producción del Valle de San Juan; sabe lo catastrófico que sería para el Artibonito y los ríos del Noroeste extraer oro en Nalga de Maco, y no ignora que los daños ambientales a provocar por Barrick representan pérdidas inmensamente superiores a los dólares que podría pagar anualmente en impuestos.

Hay que alarmarse con esa ignorancia fingida, presente también en el complaciente Ministerio de Medio Ambiente, que traslucen inminentes autorizaciones de operaciones mineras ecocidas, que habrán de generar protestas vigorosas y derrotas gubernamentales. ¡Que no olviden Blanco, Miranda, Los Haitises y San Juan!.

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