Los palestinos bloqueados en la Franja de Gaza esperan este jueves desesperados la llegada de ayuda humanitaria desde Egipto, que según un medio de ese país abrirá su paso fronterizo el viernes después de 13 días de una guerra que no da tregua.
Los camiones que transportan ayuda humanitaria para este exiguo enclave de 2,4 millones de habitantes están bloqueados desde hace días en el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
La cadena egipcia AlQahera News afirmó que este cruce «abrirá mañana» viernes, sin dar más detalles.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que visitó Israel el miércoles, anunció un acuerdo con su homólogo egipcio, Abdel Fatah al Sisi, que había aceptado el cruce de hasta 20 camiones a Gaza.
Sería la primera entrega de ayuda a la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, cuando el movimiento islamista palestino Hamás realizó un ataque sin precedentes contra Israel.
Desde entonces, más de 1.400 personas murieron en territorio israelí, la mayoría civiles baleados, quemados vivos o mutilados en el primer día del ataque, en el que también fueron secuestradas 203 personas, según las autoridades israelíes.
Su ejército también aseguró que unos 1.500 combatientes de Hamás murieron en la contraofensiva que permitió a sus tropas recuperar esos territorios.
Del lado palestino, más de 3.700 personas, mayoritariamente civiles, murieron en los bombardeos incesantes realizados contra Gaza, según el último balance de las autoridades locales de Gaza.
Israel mantiene el territorio bajo asedio total, con una oleada de bombardeos aéreos y el bloqueo del enclave palestino. Además, dispone de miles de soldados listos para una incursión terrestre.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió el jueves desde El Cairo a crear «un acceso humanitario rápido y sin obstáculos» para llevar la ayuda a la Franja e insistió en que «lo que se necesita no es una pequeña operación».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió que la ayuda entrase a Gaza «todos los días» e incluyese carburante para los hospitales.
Israel anunció el miércoles que no bloquearía la entrada a Gaza de «comida, agua y medicinas», pero no mencionó el combustible, clave para los generadores de electricidad.
Gaza vive una situación crítica, con centros sanitarios saturados, 3.785 muertos, entre ellos más de 1.500 niños, y cerca de 12.500 heridos, según el ministro palestino de Salud, controlado por el movimiento islamista.
Barrios enteros fueron arrasados y sus habitantes no tienen agua, comida ni electricidad.
«Estamos listos»
Decenas de personas se hacinaban el jueves en el cruce fronterizo de Rafah con la esperanza de que se autorizara el paso.
«Estamos listos con nuestras maletas», dijo Mohammed, de 40 años, que trabaja para una institución italiana y lleva tres días esperando con su familia para cruzar la frontera.
Tras su visita a Israel e intensos contactos telefónicos con Egipto, Biden dio a conocer que un número limitado de camiones cruzarán el puesto de Rafah.
«Queremos que pase el mayor número posible de camiones. Creo que hay unos 150», dijo el mandatario estadounidense el miércoles por la noche.
No obstante, indicó que la entrada de un segundo convoy dependería de «cómo vaya la distribución del primero». Por decirlo claramente, «si Hamás (los) confisca o no los deja pasar (…) entonces será el fin», advirtió Biden durante una escala en Alemania de regreso a Washington.
Durante su visita, el mandatario estadounidense eximió a Israel de cualquier responsabilidad en el bombardeo del hospital Ahli Arab de Gaza. Palestinos e israelíes se culpan mutuamente de ese ataque.
Según el ministerio de Salud del territorio palestino, el bombardeo dejó al menos 471 muertos, incluyendo desplazados que habían acudido al hospital en busca de refugio.
No obstante, según un alto responsable europeo de inteligencia entrevistado por AFP, la cifra de muertos sería en realidad mucho menor, «probablemente entre 10 y 50». Y para los servicios de inteligencia de Estados Unidos los muertos serían al menos entre 100 y 300, según un reporte al que accedió la AFP
Un portavoz del ejército israelí, Jonathan Conricus, también cuestionó la cifra presentada por Hamás: «¿Dónde están todos los cuerpos?», preguntó.
Fotos y videos tomados por AFP muestran decenas de cuerpos bajo sábanas o en bolsas negras.
Ataque contra una iglesia
Israel acusó a la Yihad Islámica, otro movimiento islamista palestino, del ataque contra el hospital, una versión respaldada por Biden.
Pero según el grupo, aliado de Hamás, fue una bomba lanzada por un avión del ejército israelí la que causó la tragedia.
Miles de personas manifestaron el miércoles en todo el mundo árabe para expresar su indignación por este ataque, del que culpan a Israel.
El jueves, Hamás denunció también que un bombardeo israelí había causado «muchos» muertos y heridos en una iglesia ortodoxa donde se encontraban refugiados muchos desplazados.
Varios países se esfuerzan por evitar una conflagración regional. El primer ministro británico, Rishi Sunak, llegó el jueves a Israel para pedir el fin de la escalada bélica. Y la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, inició a su vez una gira en Medio Oriente.
El presidente egipcio y el rey Abdalá II de Jordania exigieron el fin «inmediato» de las hostilidades y acusaron a Israel de imponer un «castigo colectivo» a la Franja a través del «asedio, el hambre infligido y el desplazamiento forzado» de sus habitantes, según Amán.
Las tensiones también se mantienen en Cisjordania ocupada, donde las fuerzas israelíes mataron el jueves al menos nueve palestinos, según el ministerio de Salud palestino.
Al menos 73 palestinos murieron en Cisjordania a manos de fuerzas israelíes o colonos desde que estalló el conflicto el 7 de octubre, indicó la misma fuente.
El sindicato palestino de periodistas indicó que 16 reporteros murieron en Gaza desde esa misma fecha.
La frontera con Líbano tampoco se libra y registra cruces diarios de disparos entre el ejército israelí y el Hezbolá libanés.
En estos incidentes murió un miembro de un «equipo de reporteros» que cubría las tensiones entre ambos países, denunció el viernes el ejército libanés.
AFP