Pérdidas anuales por desastres naturales ya se sitúan en 345 millones de dólares

Desde 2017 hasta 2022, los fenómenos atmosféricos han desplazado a 79,182 personas

SANTO DOMINGO.- Las significativas pérdidas que dejaron a su paso los fenómenos meteorológicos en los últimos años en la República Dominicana obligan a repensar las acciones para mitigar los contundentes efectos del cambio climático y garantizar la seguridad ante futuros eventos catastróficos.

El programa de investigación, Reporte Especial, con Julissa Céspedes, recoge la memoria del registro de daños causados por eventos extremos que golpearon al país con pérdidas significativas en infraestructuras y en sectores neurálgicos de la economía.

Desde 2017 hasta 2022, los fenómenos atmosféricos han desplazado a 79,182 personas, y dejaron a 35,438 en albergues. Además, 25,787 viviendas anegadas, 5,075 parcialmente dañadas y 914 totalmente destruidas. Las infraestructuras también sufrieron, con 617 poblados incomunicados y 47 puentes afectados.

Y es que el huracán económico desencadenado por el cambio climático parece imparable en la República Dominicana, según revela el Perfil Nacional de Riesgo Catastrófico del Banco Mundial.

Este informe estima que los embates de fenómenos meteorológicos extremos podrían representar entre el 0.69% y el 3.3% del PIB anual. Las pérdidas anuales por desastres naturales ya se sitúan en 345 millones de dólares, y se advierte que los efectos del cambio climático podrían ampliar estas cifras, y alcanzar los 6,124 millones de dólares anuales en las próximas cinco décadas.

El sector agropecuario, como señala un estudio conjunto del Banco Mundial y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, es consistentemente el más afectado. Esto resulta en disminuciones del crecimiento del PIB agropecuario y en aumentos de precios en los productos golpeados.

Al revisar los fenómenos atmosféricos más costosos de las últimas dos décadas, se destaca el huracán Jeanne en 2004, con daños económicos que ascienden a 686 millones de dólares.

En septiembre de 2017, los huracanes Irma y María causaron estragos en República Dominicana, afectaron aproximadamente a 20,224 viviendas, de las cuales 646 fueron completamente destruidas. Los daños estimados alcanzaron los 8,702 millones de pesos, equivalente al 1.6% del gasto público.

En 2022, el huracán Fiona generó pérdidas económicas directas estimadas en 381 millones de dólares, que representan cerca del 0.3% del PIB, según el Ministerio de Economía. Impactó principalmente la zona turística del país, y afectó cultivos en diversas provincias.

República Dominicana, situada en el puesto 34 del Índice de Riesgo Mundial 2022, ha implementado medidas contingentes, como destinar el 1% de los ingresos corrientes para calamidades públicas, según la Ley Orgánica de Presupuesto 423-06. Además, el Ministerio de Hacienda cuenta con la autorización para suscribir contratos de financiamiento ante desastres por un monto máximo de 300 millones de dólares.

Estas acciones buscan mitigar los impactos y garantizar la seguridad ante futuros eventos catastróficos.

Los disturbios de noviembre

En el imaginario colectivo de la República Dominicana persiste la indeleble huella del ciclón Georges, cuyo embate en 1998 dejó una profunda marca con 409.3 milímetros de precipitación.

Este fenómeno meteorológico, reconocido por su impacto perdurable, encuentra un paralelo sorprendente en el disturbio del 18 de noviembre, cuyas lluvias sobre el Gran Santo Domingo no solo evocan la memoria de Georges, sino que las superan significativamente, al haber alcanzado un total de 431 milímetros, según revelan los informes oficiales.

Este acontecimiento se erige como un hito al superar en intensidad las lluvias generadas por ciclones notables de las últimas cuatro décadas en áreas urbanas del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, según destacan fuentes gubernamentales. Las entidades responsables de la predicción, mitigación y respuesta a desastres subrayan que este suceso refleja de manera palpable y directa los impactos del cambio climático.

El 4 de noviembre de 2022 quedó grabado como un hito en la historia del Gran Santo Domingo, dejando una huella imborrable en la memoria de miles de capitalinos afectados por las intensas lluvias que inundaron las principales avenidas, ocasionando pérdidas humanas y materiales. Según James García Torres, presidente de la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores, las inundaciones resultaron en daños cercanos a los mil millones de pesos.

La sombra de este suceso aún inquieta, y en menos de un año, un nuevo diluvio afectó la economía dominicana. Las pérdidas humanas no fueron las únicas secuelas ocasionadas por el potencial ciclón tropical que asoló la nación el pasado sábado, y que desencadenó vientos y lluvias torrenciales. Paredes derrumbadas, árboles derribados y la privación de electricidad y agua afectaron a cientos de miles de personas.

Según el último boletín del Centro de Operaciones de Emergencia, al menos 965 personas fueron albergadas en 9 centros, mientras que 37,060 personas fueron movilizadas a áreas seguras. Además, se realizaron 2,587 rescates.

El boletín detalla que casi 2 millones 500 mil usuarios se quedaron sin agua como consecuencia del fenómeno atmosférico. El Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados informó que 78 acueductos salieron de servicio, afectando a más de 1 millón de personas.

Por otro lado, la Caasd reportó que cuatro sistemas de acueductos fueron afectados, lo que dejó sin servicio de agua a casi un millón 200 mil usuarios en el Gran Santo Domingo.

En cuanto al suministro eléctrico, casi 14 mil personas quedaron a oscuras desde el sábado hasta mediados de esta semana, con 16 circuitos eléctricos afectados, 13 correspondientes a Edesur y tres a Edeeste.

Esto ha dejado a 396 hogares sin energía para Edesur y 12,672 para Edeeste.

La infraestructura vial sufrió graves afectaciones en diversas áreas, con ocho carreteras, cuatro tramos de muros o gaviones, cinco puentes y un paso a desnivel comprometidos, lo que dejó 45 comunidades incomunicadas.

El desastre afectó 7,412 viviendas, de las cuales 412 se inundaron o afectaron parcialmente, y se reportó la destrucción total de tres viviendas.

Además, el Servicio Nacional de Salud informó que, debido a las fuertes precipitaciones, alrededor de 54 centros de salud sufrieron algún grado de afectación, aunque lograron mantener la prestación de servicios.

De su lado, el Indhri identificó varias situaciones críticas en distintas localidades, como las presas de Hatillo en Cotuí y Sabaneta en San Juan, y la presa de Valdesia que opera con dos turbinas, al aumentar los caudales del río Nizao.

Además, se dio a conocer una crecida en el arroyo Bastida en la carretera Azua-San Juan, específicamente en Villarpando, así como inundaciones en el sector Punta de Garza, El Rosario Azua, y en Palmar de Ocoa, Barrio El Golfo.

Daños por RD$4,000 millones en agropecuaria

Las lluvias que azotaron al país el pasado 18 de noviembre han dejado consecuencias severas en al menos 11 provincias agrícolas, se destacan los daños significativos en la parte sur, según el Ministerio de Agricultura. Se estiman pérdidas que superan los 4,000 millones de pesos en el sector agropecuario debido al disturbio tropical. Entre las localidades más afectadas se encuentran Rancho Arriba, provincia Duarte, El Rosario y Padre de las Casas en Azua, Baní en Peravia, Palmar, San Cristóbal y San Juan.

Jeanne
Entre los fenómenos atmosféricos más costosos de las últimas dos décadas se destaca el huracán Jeanne, en 2004.

ANGELA RAMIREZ

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