Unos pescadores de Carolina del Norte quedaron asombrados al toparse con un curioso pez con dientes muy parecido al de humanos. En realidad, el animal no era ninguna quimera salida de una película de ciencia ficción, ni se había intentado tragar una dentadura postiza abandonada en el mar. Simplemente se trataba de un pez de cabeza de oveja (Archosargus probatocephalus), una especie conocida, entre otros motivos, por disponer de una dentadura muy bien desarrollada, con la que tritura incluso las conchas de las presas de las que se alimenta.
Es un animal bien conocido, especialmente en la costa occidental atlántica, el Golfo de México y el Mar Caribe, ya que son estos los lugares en los que vive, especialmente cerca de los arrecifes.
Es totalmente inofensivo. Aunque podría darnos un buen mordisco con esos dientes , no se conoce que haya atacado nunca a una persona. Tiene muy claros cuáles son sus objetivos. Y a ellos sí que los machaca sin compasión.
¿Pero qué más sabemos sobre él?
El de pez de cabeza de oveja es solo uno de los nombres que recibe este pez. Sin embargo, sus piezas dentales se asemejan mucho más a las de las personas. Al menos las que se ven a simple vista. Y es que, en realidad, dispone de tres filas de molares en su mandíbula superior y dos en la inferior. Eso no tiene nada que ver con nosotros. Lo que ocurre es que, justo en la parte frontal, dispone de unos incisivos que sí se asemejan mucho a los nuestros. Incluso están cubiertos de esmalte.anos. Se cree que se bautizó de esta forma por el supuesto parecido de su dentadura con el de uno de estos lanudos animales.
Se pesca mucho tanto en pesca deportiva como para alimentación
Pero, en lo que tampoco se nos parece es en la fuerza de sus mordiscos. De hecho, según explicaban en un artículo sobre él publicado en Scientific American en 2013, a medida que crece en tamaño también van aumentando las dimensiones de sus molares, que se convierten en verdaderas máquinas de triturar. Cuando llega a la vejez, puede machacar sin problemas las conchas de percebes, almejas, ostras o cangrejos, entre otras presas.
Otro de los nombres que recibe es el de pez convicto. Esto se debe a que sobre su cuerpo plateado se disponen entre 5 y 7 barras negras verticales, que hacen que se asemeje mucho a los antiguos uniformes de los presidiarios.