POR NARCISO ISA CONDE.- Por qué se recurre a Kenia para encabezar la invasión a Haití, a pesar de no tener experiencia en ese tipo de confrontación?
Eso tiene lógica, como la tuvo cuando en anteriores ocasiones EE. UU. estructuró contingentes con una alta composición de soldados negros y cuando en el caso de la Minustah, Brasil encabezó las tropas invasoras como país latinoamericano; lo que facilitó a las potencias imperialistas colocarse detrás, quitarse presión y simular un bajo perfil.
La lógica de enviar soldados negros es porque la población de Haití es negra y eso permite esconder al blanco como agresor; esconder el racismo supremacista blanco y bajarle el tono al coloniaje.
La acumulación de experiencia lleva ahora a los «tanques pensantes» de ese poder imperialista a ensayar otra modalidad de intervención, utilizando una nación africana contra un pueblo de origen africano. Al mismo tiempo se eleva la perversidad de su racismo, potenciando un cruel enfrentamiento de negros contra negros: los kenianos como “carne cañón” y los haitianos/as como víctimas de la invasión.
Es el uso pérfido del simbolismo de la confrontación en el Caribe de una porción del continente más odiado por el imperialismo occidental blanco, contra un pueblo caribeño de origen africano, cruelmente castigado por escenificar la primera independencia y la primera revolución anti esclavista en Nuestra América.
A eso se ha prestado el Gobierno de Kenia por órdenes imperiales. ¿Por qué escogieron a Kenia y no a otro país africano? Esto también tiene su lógica imperialista: Kenia tiene un gobierno de la derecha proimperialista, es muy dependiente y su gobierno está enfrentando una embestida popular opositora, por lo que resultó fácil de convencer.
EE. UU., pleno de hipocresía, felicita a Kenia y promete respaldo, sin meterse de lleno en el pantano. Canadá se regocija y simula odiar a los oligarcas haitianos que las potencias coloniales engendraron. El presidente dominicano y su canciller agringado, aplauden con pies y manos. La ONU de Guterres sirve de mampara. El Ministerio de Colonia (OEA) está de fiesta; y el CARICOM, penosamente, decidió doblarse; mientras la invasión se sigue estructurando desde la Casa Blanca y las Estaciones de la CÍA.
El capitalismo imperialista, disfrazado de demócrata, sigue chorreando sangre y lodo de la cabeza a los pies; y luce desesperado, cuando desde su agresiva decadencia, no logra contener la creciente rebeldía latinoamericana y africana, donde todavía queda agua y abunda oro, litio, uranio y titanio…Macrón y Biden, sedientos de “tierras raras”, lucen desesperados. ¡Alerta!