Presa Tavera entra en etapa de emergencia

Santiago. El embalse Tavera-Bao entró en emergencia al registrar su mayor descenso en cuatro años, lo que genera preocupación en las autoridades del sector agua debido a la continuidad de la sequía.

Esta situación está afectando el servicio de agua potable en comunidades del Cibao.

En el día de ayer, el nivel de Tavera era de 313.85 metros sobre el nivel del mar, situación que incrementa el déficit que presenta la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), que la semana pasada era de 34 millones de galones diarios.

Esto representa un 20 por ciento menos de su producción para brindar agua a una población que supera un millón 500 mil habitantes de las provincias de Santiago y Espaillat.

La Coraasan expresa que desde el año 2019, no se había registrado una disminución de esa magnitud en el embalse Tavera-Bao.

Director Coraasan preocupado

Andrés Burgos, director general del organismo acuífero, dijo que las lluvias que se registraron en Semana Santa no subieron los caudales, pero evitaron que los embalses disminuyeran con más prontitud. El lunes, la presa se situó en 313.90, es decir que en 24 horas disminuyó cinco metros.

“Seguimos con la emergencia de que tenemos una crisis por la sequía. Con el agravante de que se pueda agudizar dado que el fenómeno del niño está previsto a comenzar en los próximos meses y puede venir con mucha sequía”, apuntó Burgos.

Informó que los equipos técnicos están preparados para lo que pueda venir.

La semana pasada los residentes en la comunidad de Sabaneta de Yásica, denunciaron que la dirección de la Coraaplata mantiene un negocio con la distribución del servicio de agua, perjudicando a cientos de familias.

Comunidades de Puerto Plata se quejan por agua

Los poblados puertoplateños dicen que cuando la Coraaplata cierra la llave de paso en Sabaneta, duran semanas sin servicio. Sin embargo, benefician diariamente a Cabarete y Sosúa, con sus diferentes sectores. “Nos cierran la llave aquí, pero si no hay para nosotros que no haya para nadie”, dicen los comunitarios, quienes añaden que están cansados de la misma situación.

MIGUEL PONCE

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