SANTO DOMINGO.- Con bolsas en las que cargaba la custodia, vasos sagrados o cálices, así como el contenido monetario de ocho alcancías del templo Nuestra Señora de las Mercedes, así quedó grabado el individuo, aún no identificado, que penetró el pasado fin de semana al interior del santuario.
“Gracias a las cámaras de vigilancia de una farmacéutica vimos cuando entró, como a las ocho, y salió con todo”, manifestó Vinicio Mendoza, sacristán de la iglesia.
Fue precisamente Mendoza quien a las 7:30 de la mañana, como de costumbre según dijo, abrió la puerta principal del templo para cumplir con su responsabilidad diaria de organizar todo lo concerniente al altar, pero una alcancía tirada en medio de la entrada le advirtió que algo no andaba bien.
El sacristán narró que inmediatamente salió en busca de ayuda y se topó con un uniformado del Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur), quien luego de llamar a su superior le acompañó a la iglesia.
De regresó en el templo, para su sorpresa, ninguna de las alcancías tenía el candado y peor aún en su interior tampoco había nada.
“Esa persona vino con rabia porque rompió y dejó todo tirado por todas partes”, subrayó.
Luego de revisar rápidamente, notaron la ausencia de utensilios para la eucaristía y la custodia principal, que es donde se coloca la hostia.
Mendoza explicó que el dinero que sustrajo el profanador “es incalculable” y que la custodia que también se llevó consigo es una pieza que aunque sea revestida de oro su mayor valor radica en el significado histórico que tiene para la iglesia.
“Desde los nueve años que yo estoy aquí estoy viendo esa custodia y ya tengo 56 años”, puntualizó Mendoza, al tiempo que señaló que en reiteradas ocasiones el sacerdote ha solicitado mayor seguridad.
Seguimiento policial
El sacristán dijo, además, que este jueves en horas de la mañana, representantes de la Policía Nacional se apersonaron al santuario para recolectar más información y continuar con la investigación pertinente.
Según Mendoza, las autoridades se llevaron un hierro con el que el individuo logró forzar la puerta por donde entró.
“Era un hierro como de este largo (mientras señalaba la extensión de su pierna) y con eso comenzó a palanquear hasta que zafó el porta candado”, detalló el ayudante de la iglesia.
No es la primera vez
El pasado 25 de enero el templo también fue escenario de un sacrilegio luego de que una persona se escondiera en la iglesia para posteriormente sustraer dinero de las limosnas.
HELENNY AMPARO