Las protestas sociales en Chile y Colombia y los multitudinarios mítines electorales de Donald Trump con sus seguidores sin usar tapabocas hacen temer un rebrote de coronavirus en una América que suma 18.7 millones de contagios y 607,000 muertos y cuya población está cansada ya de lidiar con la enfermedad.
Según el reporte de este lunes entregado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Estados Unidos se mantiene como el territorio con más casos (ocho millones) y fallecidos (217,000), seguido en el continente por Brasil (5.2 millones).
Preocupantemente, el organismo internacional alertó de que Argentina y Colombia en las próximas jornadas podrían superar la barrera del millón de positivos.
Manifestaciones: caldo de cultivo para el coronavirus
A pesar del espejo de Europa en el que se puede mirar América para comprobar que los casos de coronavirus han repuntado en los últimos días luego de que la población de esa parte del mundo se relajó frente al virus, lo cierto es que los pobladores de esta región han retornado a su día a día con cada vez menos restricciones.
De hecho, las protestas sociales que fueron protagonistas a finales de 2019 en varios países latinoamericanos de nuevo han vuelto a las calles convirtiéndose para muchos en un caldo de cultivo para la covid-19.
Precisamente, las autoridades sanitarias de Chile denunciaron este lunes que no se cumplieron las normas de distancia física durante la masiva concentración celebrada el domingo en Santiago, que terminó con violentos incidentes, y mostraron su preocupación por un posible «rebrote».
«Ayer vimos escenas totalmente contrarias a lo que significa mantener la distancia física y las normas de sanidad», dijo en rueda de prensa el ministro chileno de Salud, Enrique Paris.
Durante la jornada miles de personas acudieron a Plaza Italia, en el centro de la capital, para conmemorar el primer aniversario de la ola de protestas contra el Gobierno y la desigualdad, en una concentración que fue festiva hasta que anocheció.
Sin embargo, al terminar el día se registraron desmanes que dejaron en todo el país un muerto en un tiroteo, 580 detenidos, 116 agentes heridos, dos iglesias quemadas y varios comercios saqueados.
También, protegidos por su guardia ancestral miles de indígenas del suroeste de Colombia se tomaron hoy las calles de Bogotá, en dirección a la céntrica Plaza de Bolívar, en donde se concentrarán para exigir al presidente Iván Duque una respuesta a sus demandas y que se reúna con ellos.
Una de las preocupaciones que ha expresado el Gobierno colombiano frente a esta manifestación es la alta posibilidad de contagios de covid-19 por las aglomeraciones y la falta del cumplimiento de las medidas de bioseguridad.
En ese sentido, Duque afirmó que en las protestas se pueden incubar rebrotes de coronavirus y dijo que «nada justifica que en estos momentos pongamos en riesgo la salud y la vida».
Según un boletín del pasado 10 de octubre de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), entre las comunidades nativas hay 30,901 contagios de covid-19 y al menos 1,117 indígenas han fallecido como consecuencia de la pandemia.
Electores con y sin mascarillas
Mientras que los bolivianos se convirtieron ayer en los primeros suramericanos en celebrar unas elecciones nacionales al acudir a las urnas con la mascarilla puesta, los estadounidenses que participan en los mítines del mandatario Donald Trump para las presidenciales del próximo 3 de noviembre, en las que aspira a ser reelegido, se niegan como él a emplear permanentemente dicho accesorio.
A los históricos comicios, no solo por la pandemia sino por no tener en 18 años como candidato a presidente a Evo Morales, acudieron masivamente los pobladores para hacer valer su derecho aunque con miedo a ser contagiados con el virus ya que Bolivia presenta la tercera tasa más alta de mortalidad en el mundo, con 72 muertos por cada 100,000 habitantes.
Pese al mismo riesgo, un grupo de estadounidenses acudió a misa este domingo junto a Trump en una iglesia de Las Vegas, antes del mitin que dio en Carson City, capital de Nevada.
El presidente estuvo sentado en primera fila de la International Church, sin mascarilla como la mayoría de las personas de su entorno y sin mantener la distancia social.
En la celebración religiosa Trump hizo mención a las restricciones impuestas a las iglesias debido a la pandemia y alentó a que la población haga lo que tenga que hacer para salir y votar.
En contraste, el Gobierno de Miami-Dade, el foco de la pandemia en Florida, señaló que los expertos prevén un alza en la covid-19 en el condado y aseguró que peleará en las cortes para restablecer el toque de queda a restaurantes y clubes impuesto desde hace más de tres meses e invalidado el viernes pasado por una jueza.
Dilema entre abrir o dejar cerradas las fronteras
Otro dilema en América tiene que ver con las fronteras ya que mientras unos piden abrirlas para fomentar el comercio entre los países vecinos otros suplican mantenerlas cerradas para evitar nuevos contagios.
Así, por ejemplo, Honduras abrió hoy sus límites con El Salvador, Guatemala y Nicaragua tras más de siete meses de restricciones por la pandemia que ha causado más de 88,000 contagios en este país.
La titular del Instituto Nacional de Migración de Honduras, Carolina Menjívar, indicó que la reapertura comprende el ingreso y salida de hondureños y extranjeros y que los viajeros deben usar siempre mascarilla, presentar una prueba de coronavirus PCR o prueba rápida negativa y realizar un prerregistro migratorio.
Por su parte, las autoridades canadienses informaron que la frontera terrestre con Estados Unidos permanecerá cerrada al menos hasta el próximo 21 de noviembre para disminuir el ritmo de propagación del virus.
El cierre inicial de la frontera se produjo a mediados de marzo de este año y desde entonces se ha renovado de forma mensual.
Al respecto, el ministro de Seguridad Pública, Bill Blair, señaló en Twitter: «Nuestras decisiones seguirán estando basadas en el mejor asesoramiento de salud pública disponible para mantener a los canadienses seguros».
EFE