Tras ser uno de los pocos países en empezar la vacunación contra la covid-19 con la de Pfizer hace ocho días, hoy Puerto Rico sigue la misma senda, pero con las de Moderna y para los sanitarios que no trabajan en hospitales, en lo que será el primer centro de vacunación regional, ubicado en un coliseo de San Juan.
A su vez, las autoridades han informado este miércoles que después de nuevas recomendaciones de Estados Unidos, el Departamento de Salud local ha cambiado el orden en el Plan de Vacunación, situando a los mayores de 65 años por encima de los empleados públicos.
En la primera fase están los trabajadores de la salud (incluyendo los que no trabajan en hospitales), empleados y residentes de hogares de cuidado prolongado y los empleados y asistentes de enfermos de discapacidad intelectual.
En la siguiente, personas de 65 años o más que no viven en ambiente congregado y trabajadores de primera línea.
Después irán los mayores de 16 años con enfermedades crónicas, encarcelados, personas con discapacidad, en albergues, personal de asistencia espiritual, estudiantes de universidades y colegios, personal que labora en restaurantes, y trabajadores de otros servicios esenciales.
Por último, la población mayor de 16 años sin historial de enfermedades crónicas.
Pocas horas después de iniciarse hoy el proceso de vacunación de las dosis de Moderna, la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR) determinó cerrar la entrada al Coliseo Pedrín Zorrilla, el primer centro regional de inmunización contra el coronavirus, tras llegarse al tope de vacunas disponibles.
Los atascos en los alrededores han sido la característica principal de esta primera jornada de vacunación con las dosis de Moderna.
Se prevé vacunar a alrededor de 4.000 personas en las dieciséis estaciones que hay en el coliseo, donde el proceso seguirá mañana jueves, el sábado y domingo. En días subsiguientes se abrirán más centros en Caguas, Arecibo y Ponce.
Se atenderá hoy, tal y como ha insistido la Guardia Nacional, a sanitarios que no están en la primera línea de batalla como médicos privados, dentistas o empleados de laboratorios.
El total de muertes por la covid-19 en la isla es de 1.408, según datos difundidos este miércoles por el Departamento de Salud. La suma de casos confirmados positivos es de 66.583.
Los hospitalizados por el virus son 537, de los cuales 86 están recluidos en unidades de cuidados intensivos y 87 están conectados a un respirador. Actualmente, los hospitales en la isla cuentan con 223 camas de intensivo y 808 respiradores artificiales para adultos.
En Puerto Rico, al menos 140 residentes de hogares de cuidado prolongado han fallecido por el coronavirus desde que comenzó la pandemia en marzo, informó este miércoles en conferencia de prensa Idania Rodríguez, epidemióloga del Departamento de Salud, quien agregó que hasta el domingo habían 44 brotes activos en centros de mayores, lo que supone una media de 14 a 15 brotes a la semana.
Este martes, el portavoz del Colegio de Enfermería Práctica de Puerto Rico, Julio Irson, confirmó la muerte de una enfermera de 42 años por la covid-19 en la isla, quien se convirtió en la duodécima en hacerlo. Falleció tras dos semanas en estado crítico.
En la misma conferencia de prensa, Iris Cardona, subsecretaria del Departamento de Salud, informó que el 96 % de las 29.775 vacunas de Pfizer/BioNTech contra el coronavirus distribuidas en los hospitales de Puerto Rico ya habían sido administradas para el viernes. La isla recibió 30.225 dosis de dicha vacuna el pasado 14 de diciembre.
Por otro lado, Cardona explicó que de las 47.500 dosis de la vacuna de Moderna recibidas esta semana unas 20.000 llegaron sin el material necesario para administrarlas, aunque se prevé que lo haga hoy.
Se trata de una piedra en el camino también sufrida con 450 vacunas de Pfizer que llegaron sin el diluyente necesario.
Está previsto que en las próximas cuatro a seis semanas Puerto Rico reciba 21.400 dosis a la semana de la vacuna Pfizer y otras 21.000 de la de Moderna.
EFE