Puerto Rico reabrirá las playas, marinas y albercas, eliminará el confinamiento de los domingos, y también acortará un toque de queda que ha estado en vigor desde que empezó la pandemia de coronavirus para controlar el número de casos de COVID-19, anunció el martes el nuevo gobernador de la isla, Pedro Pierluisi.
El mandatario señaló que la venta y el consumo de alcohol estarán prohibidos en las playas y otros sitios, y que se deberá respetar el distanciamiento social entre personas que no son familiares, además de que no se permitirá que grandes grupos de personas se reúnan.
En tanto, el nuevo toque de queda será de las 11 de la noche a las 5 de la madrugada, y el uso de mascarillas sigue siendo obligatorio.
Pierluisi dijo que las nuevas medidas se implementarán el 8 de enero y estarán en vigor durante 30 días, pero pueden ser modificadas en cualquier momento si hay un repunte de casos.
El anuncio fue celebrado por muchos en la isla que desde hace tiempo buscan visitar las playas del territorio estadounidense que han estado cerradas, salvo para hacer ejercicio.
“Es calidad de vida”, comentó Pierluisi.
También ordenó que el Departamento del Tesoro local utilice fondos federales y cree incentivos económicos para ayudar a decenas de miles de pequeñas y medianas empresas que se han visto muy afectadas por los cierres que han estado en vigor desde marzo.
La isla de 3,2 millones de habitantes ha reportado más de 127.000 casos confirmados y probables de COVID-19, y más de 1.200 decesos.
Pierluisi dejó algunas medidas implementadas por la exgobernadora Wanda Vázquez, como el cierre de bares y limitar el número de personas en gimnasios, restaurantes y otros sitios.
“Nuestra meta tiene que ser poder regresar a una nueva normalidad”, señaló Pierluisi. “En lo que eso es posible, tenemos que seguir tomando medidas preventivas”.
Mientras tanto, los expertos en salud de la isla empezaron a recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Hasta ahora, 60.000 personas han sido vacunadas y se prevé que esa cifra aumente a 90.000 para finales de la semana. Entre aquellos que serán inoculados pronto están los profesores, y Pierluisi dijo que las clases presenciales se reanudarán en marzo de manera gradual.
Carlos Mellado, el secretario de Salud de Puerto Rico, dijo que espera que 40.000 dosis de la vacuna lleguen a la isla cada semana.
Por otra parte, las autoridades reportaron un brote en una prisión de la ciudad norteña de Bayamón, en el que 140 reclusos han dado positivo al coronavirus. Casi todos son asintomáticos, pero dos han sido hospitalizados.
Las autoridades dijeron que el brote empezó cuando un agente penitenciario que tuvo COVID-19 estuvo en contacto con cinco reclusos.
Dánica Coto/AP