POR DANILO CRUZ PICHARDO.- La Contraloría General de la República realizó auditorías a una serie de instituciones gubernamentales y en algunas halló irregularidades que ameritan correcciones pertinentes. Lo primero es saludar una disposición que no tiene precedentes en la administración pública y lo segundo es exigir régimen de consecuencia.
Es decir, que haya destitución y la sanción judicial correspondiente contra aquellos funcionarios que dirigen órganos estatales en los cuales hubo corrupción.
Por otro lado, se rumora (nada confirmado) que el PRM cedería la candidatura a la senaduría del Distrito Nacional al doctor Guillermo Moreno, líder de la minoritaria y liberal organización Alianza País. Sería una suma positiva. No es cuestión de establecer la cantidad de votos que tiene esa entidad política, sino que la capital dominicana es una plaza electoral exigente, con una inmensa clase media, con nivel de escolaridad, que es pensante y demanda de candidatos que se enmarquen en la decencia.
Ojalá y el PRM se motive a la formación de una más extensiva coalición, con fuerzas liberales, que involucre a la Provincia Santo Domingo y a otras grandes demarcaciones electorales. Dentro de ese frente podría considerarse a Opción Democrática y a su líder, la licenciada Minou Tavárez Mirabal, una dama con una imagen moral intachable. Dentro de Opción Democrática está también el joven diputado José Horacio Rodríguez, el cual se inscribe entre los excepcionales puntos luminosos que tiene su hemiciclo.
Si partimos de la oferta legislativa que el PRM ofertó al electorado en los comicios del 2020, esa entidad política está en deuda con la población dominicana. Todos los electores estuvimos focalizados en el anhelado cambio, en sacar al PLD y la corrupción pública de la administración de los asuntos estatales, mientras en la boleta perremeístanos metían de contrabando –y en silencio— a por lo menos diez diputados vinculados al narcotráfico, múltiples riferos y demás individuos de perfiles sospechosos, sin que nadie se haya hechoresponsable ni se haya ofrecido la mínima explicación a la opinión pública.
Sin embargo, el momento es oportuno para que el PRM se reivindique, presentado una oferta electoral legislativa de alta calidad moral en toda la geografía nacional. Inclusive a los diputados y senadores que aspiran a la reelección debía de exigírseles el haber cumplido con las atribuciones de representar, fiscalizar y legislar.
En ambos hemiciclos hay personas carentes de aportes, que no han sometido siquiera un solo proyecto de ley. ¿Para qué pretenden continuar? Ya en una entrega anterior sugerí a los partidos políticos tomar en cuenta a los jóvenes profesionales de ambos sexos, con inquietudes políticas y con deseo de aportar a su país y acabar de una vez y para siempre, reformando las leyes electorales, con el bendito clientelismo, el cual privilegia a sujetos con capacidad de compra y políticamente contaminados.
Admito que he sido crítico con el PRM, organización por la cual sufragué en las elecciones pasadas, pero en el marco de un ejercicio honesto es un deber reconocer que las auditorías realizadas por la Contraloría General de la República, a diferentes órganos estatales, son saludables. Pero que la cosa no se quede ahí. Para enviar una señal ejemplarizante completa se requiere que los funcionarios responsables de la comisión de anomalías administrativas sean debidamente sancionados.
Además, se presenta un escenario ideal –no sé si estoy soñando— para que el PRM oferte una boleta legislativa para la historia, se sacuda y contribuya al saneamiento del Poder Legislativo.
Siempre es importante controlar los distintos poderes del Estado, en la medida en que esas cortes estén conformadas por integrantes que reúnan los perfiles requeridos para hacer las transformaciones que demanda la sociedad dominicana.
