El dominicano Rafael Devers no la ha pasado bien en las últimas semanas.
Primero, tuvo una pretemporada con poca acción debido a una molestia. Luego, surgió la controversia sobre quién jugaría la tercera base entre él y el recién llegado Alex Bregman.
Pero la situación ha empeorado.
Con el inicio de la temporada de Grandes Ligas y la noticia de que el nativo de Samaná sería bateador designado a tiempo completo, todo parecía encajar perfectamente: solo tendría que concentrarse en hacer lo que mejor sabe hacer: batear.
Sin embargo, ha sido todo lo contrario. Devers aún no ha conectado su primer hit en 16 turnos al bate. Pero lo más preocupante es que 12 de esos outs han sido por la vía del ponche.
Su escasa producción ofensiva (apenas una carrera impulsada) ha sido evidente para Boston, que tras debutar con victoria, perdió los siguientes tres juegos ante los Rangers de Texas.
Luego de su último turno el domingo, Devers se vio afectado en el dugout, al punto de que un compañero tuvo que acercarse para animarlo.
Dentro de lo negativo, hay un punto a favor del dominicano: la temporada apenas comienza y aún hay tiempo suficiente para que tanto él, como el equipo y los fanáticos, mantengan la calma.
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