Cuando Joe Biden se instale en la Casa Blanca en enero de 2021, tendrá la tarea complicada de llevar a cabo la recuperación de la primera potencia económica mundial.
La economía estadounidense se levanta lentamente de la recesión histórica provocada por la pandemia de covid-19.
Con millones de personas desempleadas, la crisis económica y social desempeñó probablemente un papel importante en la victoria del candidato demócrata frente al presidente republicano Donald Trump.
Durante su campaña, Biden, de 77 años, prometió aumentar el salario mínimo, cambiar la fiscalidad, invertir masivamente en las infraestructuras o reducir las emisiones de CO2 del país.
Pero, para lograrlo, deberá primero controlar la pandemia, mientras lidia con un Congreso que podría estar dividido entre una Cámara de mayoría demócrata y un Senado dominado por los republicanos, que podrían oponerse a cualquier propuesta de la nueva administración.
Dos elecciones especiales previstas el 5 de enero en el estado de Georgia determinarán qué partido tendrá el control del Senado.
«Es un programa político ambicioso», reconoce Shai Akabas, encargado de la política económica en el centro de reflexión Bipartisan Policy Center.
Un impuesto para los ricos
Al igual que el expresidente Barack Obama, bajo el que Biden fue vicepresidente, el futuro inquilino de la Casa Blanca asumirá sus funciones en un momento de dificultades económicas .
El plan de ayudas por 2.2 billones de dólares adoptado en marzo amortiguó el impacto de la crisis provocada por la pandemia.
Pero esas ayudas empezaron a expirar a finales de julio, y el Congreso no se puso de acuerdo para extenderlas. Y hay pocas posibilidades de que se superen los obstáculos entre los republicanos y los demócratas en las últimas semanas de la presidencia de Trump.
El voto de un nuevo plan de ayudas podría ser, por tanto, uno de los primeros temas espinosos para Biden.
El demócrata se encargará luego probablemente de la fiscalidad.
En 2017, Trump redujo drásticamente los impuestos de las empresas y de los ricos.
Según Mark Duggan, director del Instituto de Investigación sobre Políticas Económicas de Stanford, Biden aumentará los impuestos de las grandes empresas del país y de las personas que cobren más de 400,000 dólares al año.
«Para las personas de altos ingresos», los cambios de política fiscal «serán bastante importantes», considera Duggan. Para los demás «serán mínimos».
Oposición
Esa alza de impuestos para los ricos podría generar nuevas fuentes de ingreso a corto plazo, pero lastrar la actividad y las ventajas del plan de recuperación, «al aumentar mucho las tasas para los empleadores», advierte Kyle Pomerleau, del American Enterprise Institute.
La hoja de ruta para la economía de Biden incluye, por otra parte, 1,3 billones de dólares de inversiones en las infraestructuras, el aumento del salario mínimo, de las licencias por enfermedad pagadas, así como una política para estimular la producción nacional.
En el ámbito exterior, Biden deberá encontrar una forma de unir al Partido Demócrata respecto a la política comercial, en un momento en que el país está enfrascado en conflictos con Europa y China.
Según el banco de inversiones JP Morgan, el nuevo presidente intentará probablemente de rebajar las tensiones con Pekín sin modificar inmediatamente el acuerdo bilateral.
Cuando actúe, lo hará de forma conjunta con sus aliados en Europa, al contrario del enfoque unilateral de Trump, según JP Morgan.
«La administración Biden seguirá deshaciendo los vínculos tecnológicos con China, pero lo hará sistemáticamente en el seno de las estructuras de la normativa nacional e internacional», anticipa el banco en un informe.
Una de las principales dificultades para el nuevo gobierno será el déficit presupuestario, que subió hasta los 3,1 billones de dólares en el último ejercicio finalizado el 30 de septiembre, debido a los gastos de emergencia relacionados con el coronavirus.
Duggan, un exmiembro de la administración Obama, afirma que el aumento de los impuestos previsto no bastará para reducir ese déficit en el contexto actual.
CHRIS STEIN / AFP