POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- La Asociación Dominicana de Profesores hizo una denuncia alarmante y preocupante esta semana. Hace apenas un mes que se inició el año lectivo 2025-2026.
Meses antes de iniciar la docencia, amplios sectores de la vida nacional reclamaron con insistencia el reacondicionamiento de decenas de escuelas en mal estado. Profesores, estudiantes, padres y amigos de la escuela y medios de comunicación alzaron la voz exigiendo atención al sector educativo. Las autoridades prometieron que ni un estudiante quedaría fuera, que harían reparaciones, entregarían útiles y nombrarían el personal necesario. El presidente Luis Abinader sostuvo tres reuniones con el ministro de educación en los cuales se garantizó que todo estaría resuelto antes de iniciarse las clases.
Cuatro semanas después de esa apertura, el gremio que agrupa a los maestros hace un balance negativo y alarmante. Dice la ADP que 188 escuelas de tanda extendida están inhabilitadas y que 400 mil estudiantes no han encontrado cupo para continuar sus estudios. Al parecer no hay recursos para la educación, a pesar del 4%. Es incomprensible que a estas alturas y en este tiempo, escuelas de tanda extendida cierren sus puertas por falta de cupo, mal estado de las edificaciones y carencia de personal.
En contraste, vemos como ORGULLOSOS funcionarios anuncian la inversión de SIETE MIL QUINIENTOS millones de pesos en la construcción de 10 cárceles en distintos puntos del país. Eso envía el mensaje de que el Estado se prepara para encerrar en cárceles MAÑANA a los niños y adolescentes que hoy no encuentran un lugar donde educarse.
Se licitarán 10 cárceles, mientras los canales de riego para la presa Monte Grande que apenas requieren 250 millones, no tienen espacio en los planes del gobierno.
En el presupuesto no hay recursos para la educación ni para la producción, mientras sí se tienen suficientes para cárceles para albergar a delincuentes. La producción y la educación en plano secundario. Es posible que con las cárceles, los ingenieros y funcionarios reciban más beneficios que la inversión en Monte Grande y en simples reparaciones de escuelas. Por el futuro del país hay que redirigir la inversión.