SANTIAGO DE LOS CABALLEROS.- Tras una disminución de la tasa de criminalidad y violencia, la provincia de Santiago registró nueve muertes durante el mes de mayo, la más alta desde que impusieron el estado de excepción por la pandemia.
El caso más reciente fue el de un vigilante que prestaba servicio en el mercado de pulgas ubicado en la autopista Joaquín Balaguer, quien resultó muerto por las heridas de arma blanca que desconocidos. El seguridad de nacionalidad haitiana fue identificado como Ostaider Jean Baptiste, de aproximadamente 60 años de edad.
Luis Alberto Jiménez (Boso), administrador del mercado de pulgas, dijo que hasta el momento no se han podido establecer las causas que llevaron al horrendo crimen. El taxista Pedro Ezequiel Veras, de 30 años, y quien llevaba ocho meses laborando en la plataforma Uber, fue asesinado a pedradas y palos para despojarlo del vehículo.
En tanto que el joven autista Jean Carlos Vargas Fernández, de 32 años, resultó muerto a machetazos por Ernesto Antonio Sosa Santos en el municipio de Puñal. En esa misma comunidad, Juan Miguel Santana Ortiz, de 22 años, mató a cuchilladas a su padre, Miguel Ramos Santana Hernández, de 58.
Mientras que en el barrio Balaguer del municipio de Villa Bisonó (Navarrete), una niña de cinco meses de nacida, murió supuestamente estrangulada por su padre. Las autoridades policiales también informaron del hallazgo del cuerpo de un hombre, estrangulado y lanzado al canal de riego en la comunidad de Pontón en Navarrete. Hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima.
Mientras que el sargento policía, Luis Manuel Rodríguez Sigollen, de 35 años, falleció tras supuestamente hacerse un disparo en la cabeza, al verse acorralado por otros agentes que acudieron a un llamado de una discusión con una hermana en el sector El Ingenio en Santiago Oeste. En otro hecho, María Rivas de Jesús Fernández, de 23 años, fue encontrada en su cama con una sábana atada al cuello, en un hecho ocurrido en Las Cañitas de Jánico.
MIGUEL PONCE