Santiago. El cierre de bares, colmadones y parques, restaurantes por violar el toque de queda y las medidas de distanciamiento físico y uso de mascarillas no impide el desbordamiento ciudadano.
Una gran parte de los santiaguenses, tanto en residenciales como de barriadas, han decidido desacatar las acciones sanitarias, de los cuerpos policiales y del ministerio público, para la realización de fiestas.
Algunos en casas y hasta en plena calle violan las disposiciones
Al mediodía del lunes, el fiscal titular de Santiago, José Francisco Núñez, informó que pedirá el cierre durante tres meses de Lovera Bar 2, por violentar el distanciamiento físico.
En puntos como el monumento a los Héroes de la Restauración, tanto en horas de la tarde y nocturnas, se observan a cientos de personas consumiendo alcohol sin guardar el distanciamiento.
A esto se agrega el desorden generado con el aparcamiento de vehículos en avenidas como Las Carreras y calles que bordean el espacio recreativo, debido a que se ha limitado la circulación.
Ante el caos, Salud Pública inició una jornada de inspección y de concienciación en bares y restaurantes, dirigido a los ciudadanos que visitan los establecimientos, para instar al uso de mascarillas y guardar el distanciamiento.
El pasado domingo apenas fueron apresadas 33 personas durante operativos donde intervinieron el centro de diversión Lovera Bar 2, ubicado en la avenida 27 de Febrero.
En Lovera fueron detenidas nueve personas, se incautaron de 11 hookahs y ocuparon tres cajones de bocinas y equipos de música, por violar la medida de uso de mascarilla y de distanciamiento físico.
Mientras que en la comunidad Don Pedro apresaron a cinco por contaminación sónica y por violar el toque de queda. En el municipio de Licey al Medio, fueron detenidas diez personas, incluidos dos menores de edad, por hacer ruido y por circular fuera del horario establecido por las autoridades. Otros cinco fueron arrestados en Tamboril y cuatro en Gurabo.
MIGUEL PONCE