POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- La crisis de Haití, después del asesinato de su Presidente, se complica cada día más, mientras Estados Unidos y la comunidad internacional se rehúsan por ahora a intervenir con una fuerza militar de paz que pueda llevar orden a la empobrecida nación.
El reportaje de la prestigiosa Cadena Caracol de Colombia dio un giro inesperado a las investigaciones conocidas hasta ahora. Por primera vez se dan datos concretos que involucran directamente al Primer Ministro Claude Josep como autor intelectual del asesinato del presidente Moïse, conforme a testimonios de comandos colombianos detenidos en Haití.
Después de lo revelado por la Cadena Caracol, Estados Unidos y la Comunidad Internacional han puesto distancia del premier Josep y han instado al señor Ariel Henry, designado por el asesinado Moïse como Primer Ministro horas antes de su muerte, a que asuma el cargo y forme un nuevo gobierno.
En medio de este giro de las investigaciones se producen dos hechos fundamentales que pudieran sugerir por dónde va la situación de Haití. La llegada desde Cuba del ex presidente Jean Bertrand Aristide, recibido por cientos de personas con consignas como “llegó el rey”, es claro:
Cuba y los intereses geopolíticos que tienen detrás podrían tener interés en Aristide como líder de Haití después del asesinato de Moïse, con la agenda anti Estados Unidos, alineándose con sus adversarios geopolíticos, China y Rusia.
Horas después de la llegada de Aristide a Haití llegó la viuda del presidente Moïse, que todos creíamos había sido herida de suma gravedad y no podría llegar a Haití por ahora. La señora Martine Moïse llegó en un Jet privado escoltada por agentes de seguridad de Estados Unidos.
Tengo la impresión de que la señora Moïse puede ser la candidata presidencial para suceder a su esposo asesinado. Se repetiría la historia de la viuda del Presidente filipino Benigno Aquino, la señora Corazón Aquino.
Las grandes potencias y Estados Unidos saben que en momentos tan dramáticos como los que vive Haití, ese pueblo apelará a grandes líderes o figuras muy conocidas. La aureola de ser viuda de un presidente mártir ante el pueblo haitiano puede darle gran empuje electoral a la señora Moïse, que sería beneficiaria de un voto emocional por el atroz asesinato de su esposo.
No tengo dudas de que hoy el Caribe es un escenario de políticas exteriores de grandes potencias. Haití es un escenario de primer orden. Esa lucha geopolítica guiará el curso de los acontecimientos.
Mientras, nos toca a nosotros proteger la patria de Duarte. Insistir en que la comunidad internacional evite que una fuerza civil en Haití pueda afectarnos gravemente. Al presidente Abinader le toca encabezar esa defensa. Y a todos los dominicanos unirnos en ese propósito.