SANTO DOMINGO.- Ante la falta de interés que muestran los dominicanos para trabajar en el sector agropecuario, los productores se ven obligados a contratar mano de obra indocumentada para seguir produciendo. Los dueños de fincas están conscientes de que están violando la ley, pero aseguran que la Dirección General de Migración no agiliza el proceso de legalización.
“Siempre en Dominicana se ha dado permiso de trabajo vía Interior y Policía; ese carnet se renueva cada cierto tiempo. Pero, por ejemplo: hace dos años que no se renuevan, entonces, los que están, están vencidos, y cuando Migración o la guardia los encuentra, se los llevan”, expresó Marcos Rodríguez, presidente de la Asociación de Productores de Arroz del Noroeste.
El también secretario general de la Federación Nacional de Arroceros (Fenarroz), dijo a Diario Libre que, cuando se está en proceso de la cosecha de guineo, la situación se les complica porque deben cumplir con un horario para empacar y llevar las cajas al puerto para exportarlas.
“A veces no podemos cumplir porque, cuando perdemos el personal que es especializado para hacer eso, entonces, la labor se pierde. Uno lo repone con otros trabajadores, pero no con el conocimiento que ya tú tienes”, expresó.
En el caso del sector arroz, Rodríguez explicó que, cuando van con las máquinas a cortarlo, en muchas ocasiones les quitan los trabajadores, perdiendo el día, porque hay que «ir a resolver a la fortaleza».
En cambio, Marcelo Reyes, presidente de la Federación Nacional de Arroceros (Fenarroz), estimó que el trabajador del campo en áreas como el sector que representa gana más que cualquier empresa en la ciudad.
“(A) los que dicen que no se está pagando, una hora de trabajo jornal en el campo sale actualmente en 125 pesos, que, si tu calculas la hora jornal en la ciudad, no se paga eso», dijo.
«Lo que pasa es que el dominicano no quiere ejercer esa labor -agregó-. El sueldo mínimo en esas empresas son 21,000 pesos y, si lo divides en 23.8, que son los días laborables de un mes, te dará cerca de 900 pesos; divididos entre ocho horas te da 110 pesos. Eso es lo que te paga una empresa grande, y un haitiano te está trabajando la hora a 125 pesos. Eso quiere decir que nosotros en el campo estamos pagando más”.
Dijo que el sector arroz en San Francisco de Macorís está pagando un día de desyerbo a 800 pesos y los empleados trabajan seis horas.
“Si tú lo divides, te están trabajando a 133 pesos una hora. Estamos pagando más en el campo que en cualquier empresa grande en la ciudad”, expresó.
Rolando (Blanco) Peralta, presidente de la Federación de Ganaderos del Noroeste (Fedegano), dijo a este medio que los haitianos en el sector ganadero trabajan en las áreas de ordeño, cortar la yerba, sembrar, mejoras de pastos y forrajes.
Como sector, Peralta dijo que ha planteado el tema de la carnetización, poniendo como ejemplo que, durante el gobierno pasado, ayudó a regular a siete haitianos, incluyendo una señora que trabaja en su casa, pero los extranjeros se le fueron, menos la mujer. “El haitiano, desde que se siente documentado, de una vez se quiere ir a las grandes ciudades”, comentó.
Detalló que ha planteado en diferentes escenarios que la carnetización que se vaya a hacer se realice contemplando en el documento el nombre del empleador, y que ese haitiano no pueda salir del municipio asignado para que no termine yéndose.
Diario Libre contactó a la Dirección General de Migración con el objetivo de saber cómo marcha el proceso de regularización en este sector, pero al cierre de esta edición no se había logrado una declaración.
En enero pasado, el Instituto Nacional de Migración de la República Dominicana dio a conocer el “Estudio descriptivo-exploratorio sobre el mercado laboral en el sector agrícola y su necesidad de mano de obra extranjera”. Este documento indica en sus conclusiones que la mano de obra extranjera juega un papel crítico para la continuidad y eficiencia en el sector agropecuario de la República Dominicana.
Además, cultivos como el arroz, la habichuela y el plátano son un claro ejemplo de la estrecha relación que guarda la demanda de mano de obra agrícola con la migración laboral. Estos cultivos presentan una dinámica. En primer lugar, son actividades económicas intensivas en mano de obra en un mercado laboral que presenta escasez en su oferta nacional; además, al ser producciones dedicadas mayormente al consumo nacional, tienden a tener una alta presión financiera sobre el costo de producción y es la mano de obra el elemento proporcionalmente más alto de su estructura de costos.
JOAQUIN CARABALLO