La ciudad de Shanghái arreció sus restricciones por la pandemia de coronavirus luego de un período breve de mitigación, exasperando a residentes que esperaban que más de un mes de encierro fuese aliviado finalmente al caer el número de casos nuevos en el centro financiero de China.
El martes, el servicio fue suspendido en las dos últimas líneas de metro que seguían operando, lo que marca la primera vez que todo el sistema de la ciudad ha sido cerrado, de acuerdo con The Paper, un medio noticioso en la internet.
Equipos en trajes protectores han estado entrando a las viviendas de personas infectadas con coronavirus para rociar desinfectante, causando temores entre algunos sobre daños a ropas y bienes valiosos, y sobre dejar sus llaves con un voluntario de la comunidad cuando son llevados a cuarentena — un nuevo requerimiento para que los trabajadores con desinfectante puedan ingresar.
En algunas áreas, las personas han recibido órdenes de quedarse en sus casas de nuevo para un “período tranquilo” tras permitírseles salir para compras limitadas en semanas recientes,
La “estrategia de “cero COVID”, en momentos en que muchos países aflojan sus restricciones y tratan de vivir con el virus, está cobrando un precio económico y humano. Se han aplicado medidas extremas para controlar los brotes porque la variante ómicron se disemina muy rápidamente. El gobernante Parrido Comunista, con la mira en el congreso partidista en el otoño, no ha dado indicios de que vaya a aflojar sus restricciones en el futuro inmediato.
La mayor parte de la metrópolis de 25 millones de habitantes permanece confinada en sus apartamentos o complejos residenciales, aunque se ha producido una cierta relajación en las zonas suburbanas sin nuevos casos comunitarios. Un video de Associated Press grabado el lunes mostraba una ciudad vacía y en silencio, con apenas un auto en la calle y unos cuantos repartidores de comida en moto.
El número diario de casos en la ciudad bajó a alrededor de 3.000 el lunes, desde su pico de 26.000 a mediados de abril. La mayor ciudad de China reportó además seis nuevos decesos relacionados con el COVID-19, elevando a 553 el total de víctimas mortales del brote.
La capital del país, Beijing, inició el martes otra ronda de tres días pruebas masivas de detección del virus para millones de residentes, en un intento de evitar que un brote activo alcance la magnitud del de Shanghái. La ciudad, que el lunes registró 74 nuevos casos, ha aislado edificios y complejos residenciales, cerró unas 60 estaciones de metro y prohibió comer en los restaurantes, que solo pueden ofrecer comida para llevar y a domicilio.
AP