¿Son malos los políticos?

POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- No tengo nada contra los que denuestan la actividad política partidaria.

Tienen sus motivos.

Me llama la atención, sin embargo, que muchos de los que destrozan a quienes activan políticamente, se benefician de estos, si llegan al poder.

Ha sido recurrente ver a muchos críticos de los partidos, acceder a posiciones claves en el Estado, a través de un partido.

Se justifican, luego, alegando que “como dominicano” están prestos a servir.

¡¡Aja!!, por qué no siguen “sirviendo” desde su trinchera anti partido.

La campaña adversa a los políticos en América Latina ha llevado al poder varios “apolíticos”, que, en poco tiempo, han resultado un FIASCO.

Gente que por no tener los compromisos que asume la clase partidaria, han realizado una cuestionable labor.

Se presentan como ajenos a los partidos, pero obedecen a poderes religiosos, empresariales, agencias externas, etc.

De esos “a políticos” han surgido hasta presidentes, que al no tener la cercanía con los HUELE A TIERRA Y SUDOR, que son los pobres, realizan una labor personal y empresarial desde el poder.

Esos que han no han surgido de las entrañas partidarias en la región, hasta ahora, han dejado un mal sabor a la población.

Es que, al ser “independientes” de los partidos ignoran a quienes llevaron esa agrupación al poder.

Soy de los que cree que el partidarismo aún tiene mucho que aportar.

Hay políticos corruptos, vagos, pervertidos.

Como hay empresarios, religiosos, líderes de la “sociedad Civil”.

A todos, SI LLEGAN AL GOBIERNO, hay que ponerles candados, con llaves manejadas estrictamente por la ley.

Si un agricultor cultiva una parcela, al final quiere beneficiarse de los frutos.

Si un militante lucha por un partido, espera ser compensado de acuerdo a su capacidad.

Zoila Martínez, militante reformista, sale del Defensor del Pueblo con una brillante hoja de servicios.

No todos los militantes van a enriquecerse al Estado.

Nada contra Pablo Ulloa, a quien no conozco y le deseo éxito.

Yo, prefería a Fidel o Meran, por su compromiso partidario.

Muchos “independientes” llegan a las posiciones públicas más “amarrados” que los propios militantes.

La campaña anti partido, asumida incluso por algunos dirigentes, ha dejado secuelas negativas en países de la región, ojala los políticos locales salgan a tiempo de esa encerrona.

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