POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- Mis Expresiones anteriores dejaron en mí un sabor AGRIDULCE. Dulce, por la satisfacción de haber recibido una retroalimentación como nunca.
Agria, porque me contaron historias coincidentes con lo que me creo tanto malestar y preocupación. Gente que vive el calvario de pagar religiosamente su seguro en una ARS, para encontrar cantidades de obstáculos cada vez que va a un médico, un laboratorio o una farmacia. Así no puede ser. Pero, lo vivido con la ARS, lo conté en mis Expresiones anteriores.
Entre los mensajes recibidos por ese tema, surgieron muchas quejas por lo que está sucediendo con quienes, a pesar de sus aportes desde el 2003, cuando se inició el régimen de seguro y pensiones, han estado aportando sus recursos, no encuentran el camino de ser pensionados. Uno de esos casos es de un señor de 73 años.
Más de 50 años trabajando y desde el inicio de la Seguridad Social aportando a una AFP. Por su edad y el tiempo de labores solicitó su pensión en Hacienda.
Le dijeron que reuniera la documentación requerida, lo hizo hace un año y los depositó en Hacienda. Le dio seguimiento y recibió promesas de “estamos trabajando en eso”. Ahora, un año después le piden,
ASOMBRENSE, un acta de defunción de su madre, la cual falleció hace 20 años. ¿Para qué piden ese documento? Me parece que es un obstáculo para retrasar la entrega de un dinero ganado con mucho esfuerzo.
Fueron varios los lectores que me expusieron sus dificultades con algunas ARS y con la AFP. La mayoría cree que lo más justo es el reclamo del diputado Pedro Botello: Que le entreguen un 30% de esos recursos ahora. Dicen quien quieren vivir ahora, cada día, porque el futuro es incierto.