Santiago. En caso de que desaparezca el sector porcino por los efectos de las medidas para impedir la propagación de la fiebre porcina africana, los porcicultores podrían experimentar pérdidas entre 35 mil y 40 mil millones de pesos, por lo que se requiere tomar medidas urgentes para impedir el colapso.
La advertencia fue hecha por Ambiórix Cabrera, presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de Moca y Licey (Aproamoli), quien advierte que el mayor daño lo sufrirían los productores de cerdos, embutidoras y cárnicos del Cibao. En total en el Cibao central hay cinco mil productores de cerdo. Cabrera dijo que solo las provincias de Santiago, La Vega y Espaillat tienen en sus granjas 37,000 cerdas madres. En el caso de Espaillat los productores cuentan con 15,000 madres, 12,500 en Santiago y 9,500 en La Vega. “Esto representa más de la mitad de las que hay en todo el país. Aunque estamos tomando todas las medidas para evitar que la fiebre porcina pueda penetrar hasta nuestras granjas”, indicó el presidente de Aproamoli.
Preocupación
Su mayor preocupación, es que muchos pequeños productores porcícolas que cuentan con 30, 50 o 100 cabezas de cerdos, puedan irse a la quiebra al no poder aguantar durante dos años, que sería el tiempo en que volverían a la crianza. Sin embargo, confían en que el sector saldrá fortalecido y superará esta situación con la aplicación de los protocolos sanitarios.
“En las granjas nosotros mismos entramos con bata como forma de mantener el protocolo. Hasta el momento no se ha registrado ningún caso en las granjas de Licey al Medio, de Moca ni de La Vega”, apuntó Cabrera. Ayer los productores de cerdos tenían previsto un encuentro con las autoridades encabezadas por el presidente Luis Abinader, para trazar las estrategias que permitan enfrentar la situación.
Muchos siguen compra de carne de cerdo
A pesar de la preocupación generalizada, la venta de carne de cerdo no ha disminuido en las carnicerías de Santiago y Moca. El precio de la libra oscila entre 120 y 130 pesos. Antonio Reynoso, residente en la comunidad de estancia Nueva en Moca, asegura que continúa consumiendo la carne, debido a que no tiene ningún efecto en la salud de la población.
MIGUEL PONCE