Suecia decidió el lunes emular a su vecina Finlandia y solicitar el ingreso en la OTAN, poniendo fin a más de dos siglos de no alineamiento militar en un cambio histórico provocado por la invasión rusa a Ucrania.
La decisión despertó fuertes objeciones de Turquía, un miembro clave de la OTAN que declaró que no se debería permitir a ambos países ingresar en la alianza porque han sido demasiado permisivos a la hora de actuar contra los militantes kurdos.
Sólo se puede entrar en la OTAN si todos los miembros actuales están de acuerdo.
La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, advirtió que el país nórdico se encontraría en una “posición vulnerable” durante el periodo de solicitud, e instó a sus conciudadanos a prepararse para la respuesta rusa.
“Rusia ha dicho que tomará represalias si entramos en la OTAN”, dijo. “No podemos descartar que Suecia esté expuesta, por ejemplo, a la desinformación y a los intentos de intimidar y de dividirnos”.
La decisión de Suecia se anunció un día después de que el partido socialdemócrata que gobierna el país respaldara un plan para que Suecia se uniera a la alianza transatlántica y de que el gobierno de Finlandia anunciara que buscaría unirse a la alianza militar de 30 países.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, endureció el lunes su objeción al ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN, acusándolos de no adoptar una postura “clara” contra los militantes kurdos y otros grupos que su país considera terroristas, y de imponer sanciones militares a Turquía.
Erdogan también acusó a los dos países de negarse a extraditar a “terroristas” buscados por su país.
“Ninguno de los dos países tiene una postura abierta y clara contra las organizaciones terroristas”, afirmó Erdogan. “Durante este proceso, no podemos decir ‘sí’ a los que imponen sanciones contra Turquía para que sean admitidos en la OTAN, que es una organización de seguridad”.
El ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvist, declaró a la cadena pública SVT que se enviaría una delegación sueca a Ankara para discutir el asunto.
Moscú ha advertido en repetidas ocasiones a Finlandia, que comparte una frontera de 1.340 kilómetros (830 millas) con Rusia, y a Suecia sobre las repercusiones que tendría su adhesión a la OTAN. Pero el presidente ruso, Vladimir Putin, pareció restarle importancia el lunes a la posibilidad.
Hablando ante una alianza militar de seis antiguas repúblicas soviéticas, Putin dijo que Moscú “no tiene ningún problema” con que Suecia o Finlandia soliciten el ingreso en la OTAN, pero que “la expansión de la infraestructura militar en este territorio dará lugar, por supuesto, a nuestra reacción”.
Andersson, que encabeza a los socialdemócratas de centro-izquierda, dijo que Suecia presentaría su solicitud de ingreso en la OTAN junto con Finlandia.
AP