KIEV.- Las fuerzas ucranianas se atrincheraron y el ejército ruso preparaba más poderío bélico el domingo antes de un esperado enfrentamiento en el este de Ucrania que podría convertirse en un período decisivo en una guerra que ha arrasado ciudades, matado posiblemente a miles y aislado a Moscú económica y políticamente.
Los expertos dicen que una ofensiva a gran escala en el este podría comenzar en unos días, aunque quedan dudas sobre la capacidad de las fuerzas desmoralizadas y mermadas de Rusia para conquistar mucho terreno después de que los inspirados defensores de Ucrania repelieron su intento de capturar la capital, Kiev.
El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña informó el domingo que las fuerzas armadas de Rusia buscan compensar las crecientes bajas aumentando el número de tropas con personal que había sido dado de baja del servicio desde 2012.
Ucrania tiene la mayor parte de sus fuerzas militares en el este: las estimaciones varían, pero se calculan en decenas de miles. Los separatistas respaldados por Rusia han luchado contra las fuerzas ucranianas en el este de Ucrania desde 2014 y controlan partes del Donbás, una región industrial en su mayoría de habla rusa.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, sus tropas han bombardeado el territorio controlado por el gobierno.
La ofensiva anticipada en el este y el sur podría terminar extirpando una vasta franja de tierra de Ucrania. El domingo, las fuerzas rusas bombardearon Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, en el noreste, y enviaron refuerzos hacia Izyum, en el sureste, para quebrantar las defensas de Ucrania, dijo el comando militar ucraniano.
Los rusos también mantuvieron el sitio de Mariúpol, un puerto clave del sur sitiado durante casi un mes y medio.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, pidió un mayor apoyo militar y político de Occidente, incluidos los miembros de la OTAN que han canalizado armas y equipos militares a Ucrania desde que Rusia invadió.
AP