POR JOSE LUIS MALKUM.- ¿Quieren hacer oposición? ¿Quieren comenzar los ataques al gobierno? ¿Están desesperados por las posibles medidas de coerción que se dictarán contra algunos de sus exfuncionarios y familiares del Danilo Medina? Ahora el pueblo comprende por qué el expresidente declaró un pobre patrimonio de RD$25 millones.
Pero eso no es lo que debe importarle al PLD en este momento. Porque sus declaraciones y criticas tendrán poco o ningún impacto al producirse bajo un escenario donde el 70% de la población apoya la gestión del presidente Abinader.
Donde el 95% está exigiendo cárcel para los corruptos del gobierno pasado. Y donde el presidente de ese partido, el señor Temístocles Montás, se encarga de hundirlo más con cada declaración que hace.
El PLD, si quiere sobrevivir, aunque sea con ayuda de oxígeno, lo primero que debe hacer es frenar la estampida de sus dirigentes y militantes en todo el país. La estampida de senadores y diputados que podrían dejarlo sin una sola representación en el congreso.
Porque van a perder muy pronto el reducto que le queda en algunas instancias del estado como la Cámara de Cuentas y la Suprema Corte de Justicia.
Se quedará sin nada. Y solo contarán con aquellos dirigentes envejecidos y corrompidos que terminarán liquidando a su partido hasta reducirlo a su mínima expresión.
Ese es el destino del PLD si no se renueva de raíz y saca de sus filas a los malhechores que siguen controlando la organización y escudándose en ella para evitar ser perseguidos.
¿Quién es el principal enemigo del PLD en este momento? No es el gobierno ni el PRM. Y mucho menos la Procuradora. Es nada menos que el expresidente Leonel Fernández y su partido la Fuerza del Pueblo, que le está extrayendo una gran cantidad de dirigentes y militantes. Y eso no parará hasta que el PLD este destruido.
Y evitarlo implica una renovación a fondo de su alta dirigencia donde el 90% sea sacado de circulación y sustituido por gente nueva, joven y sin cola que pisarle. También un cambio de nombre ya que, como PLD, el pueblo jamás le daría otra oportunidad.
Su grave error fue pensar que habían comprado un gobierno para siempre. Y creyeron, como dijo una vez Leonel Fernández, que gobernarían hasta el 2035, tiempo suficiente para disfrutar de su riqueza mal habida y morir sin que la justicia lo persiguiera.