POR MARCOS SANTOS. – Soñar no cuesta nada, dice una expresión popular, y de manera inconsciente, anoche soñé, en un cambio de actitud de la gente en nuestro querido país, Republica Dominicana, respecto al cumplimiento del deber y de reclamar nuestros derechos ante la Ley y la autoridad.
Por ejemplo, soñé que los conductores de vehículos no eran capaces de tomarse un CC de alcohol al momento de guiar, pero que va, durante un operativo realizado por varias instituciones públicas, 35 de 172 conductores fueron agarrados infraganti, es decir, pasados de alcohol, estamos hablando de un 20 %.
Sin embargo, las autoridades no informaron si dichos conductores fueron multados o algo parecido, simplemente hablaron de ¨crear conciencia¨, pero esa ¨conciencia¨, debe ser creada basada en el cumplimiento estricto de la Ley y no en dar segundas oportunidades.
Recuerden que es solo un sueño.
Asimismo, soñé que los legisladores, léase senadores y diputados, respetaban un acto tan solemne como la Asamblea Nacional Revisora, pero que va, la prensa dominicana da cuenta que mientras se leían todos los artículos de la nueva Constitución de la República, nuestros honorables representantes en el llamado primer poder del Estado, estaban en otra cosa, hablando, entrando y saliendo del salón de sesiones, y haciéndose fotos tal y como si estuvieran en una playa o en un monumento histórico.
Recuerden que es solo un sueño.
También soñé, que los ciudadanos de a pie, aquellos que viven en barrios marginados, a los que se les niega servicios públicos de calidad, tenían derecho a la protesta pacífica, y a criticar cuantas veces sea necesario la falta de acción del gobierno y de sus funcionarios en algunas áreas específicas, y que, por esto, no serian molestados por ninguna autoridad civil, militar o policial.
Pero no, la realidad me mostro que no es así, que un general de la policía, se abrogaba el derecho de impedir una marcha pacifica en apoyo a un llamado a huelga, y lo peor de todo, es que ese alto oficial policial, ordeno meter gente presa por simplemente expresar su desacuerdo con las políticas aplicadas por el gobierno de turno.
El sueño fue tan largo y extenso, que me dio tiempo para disfrutar, que ricos y pobres eran iguales ante la Ley y que recibían el mismo trato por parte de los funcionarios públicos, es más, soñé que la razón fundamental de esos dirigentes políticos era llegar a esos cargos públicos, con el principal propósito de atender a las clases sociales más desposeídas.
Pero no, una cosa es un sueño y otra muy distinta es la realidad que vivimos, y es que muchos funcionarios públicos utilizan a los pobres para mostrarse ante la sociedad como personas solidarias y de buen corazón, cuando los presentan ante las redes sociales y los medios de comunicación recibiendo migajas, y unas migajas que provienen de las arcas del Estado, de manera, que solidaridad no hay, mas bien se trata de un ejercicio de marketing, para afianzar la figura de ese funcionario o político de cara a futuros procesos electorales.
Y finalmente soñé, con una prensa critica, objetiva, que no esta atada a intereses políticos, empresariales, o de cualquier grupo social, económico y religioso, que, como prensa, somos capaces de publicar los hechos tal y como son, y que, además, se escuchen voces señalando tal o cual cosa sobre los que detentan la administración pública, sin temor a nada ni nadie, y sin ser perseguido o estigmatizado como enemigo del gobierno o del partido en el poder.
Pero no, lamentablemente actuamos como su fuéramos empleados de ciertos funcionarios, con miedo, con temor, incluso hasta pidiendo permiso para publicar tal cosa, y así no debe ser, es el momento de tomar conciencia de nuestro rol ante la sociedad, y aunque suframos consecuencias desde el punto de vista desde la propia sostenibilidad del medio y de nuestra subsistencia, no debemos claudicar y con un actitud firme, cargada de dignidad y decoro, hacer valer nuestros derechos en emitir sin ningún tipo de censura o chantaje, nuestras opiniones y exponer tal y como son los hechos.
Nunca es tarde para rectificar, y ese es un sueño que vamos a perseguir hasta convertirlo en una feliz realidad.
EL AUTOR ES DIRECTOR DE CALLE56.COM Y MUJERESRD.COM