El actor Will Smith y su esposa, Jada Pinkett Smith, fueron fotografiados agarrados de manos en el famoso restaurante Nobu de Malibú, California, Estados Unidos.
La pareja reapareció públicamente luego del escándalo a nivel mundial que generó la bofetada que Will le dio al comediante Chris Rock el 26 de marzo en la entrega de premios Óscar.
Ese momento opacó un momento importante, que el actor de «Hombres de negro» ganara su primera estatuilla por la película «King Richard» y, a pesar de las disculpas, fuera vetado por 10 años por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Desde entonces, Will y Jada habían mantenido un perfil bajo, pero con apoyo mutuo y constante en los últimos cuatro meses y medio, dijo un informante.
«Will está bien. Pasa mucho tiempo con Jada. Está muy contento con todo su apoyo. Están muy unidos y se apoyan mutuamente. La familia lo es todo para ellos», aseguró el informante a la revista People.
Will siente que «ha aprendido mucho en los últimos meses», añadió.
Will vueve a disculparse
Aunque lo hizo de forma escrita en sus redes sociales y mediante sus representantes, hace poco Will abordó el bochornoso momento en un nuevo video.
El también rapero se disculpó directamente con Rock y afirmó que Jada, la madre de dos de sus hijos Jaden y Wilow, no tuvo nada que ver con su arrebato en la premiación.
Calificó su comportamiento de «inaceptable» e hizo una petición directamente a Rock: «Estoy aquí cuando estés listo para hablar».
Chris Rock, quien presentó la gala de los Oscar, no respondió a la disculpa de su colega. Tras el video, una fuente dijo a Entertainment Tonight: «Chris no tiene planes de acercarse a Will».
El comediante, como parte de su gira de stand up comedy, se presentó en Atlanta en el «Chris Rock Ego Death World Tour», expresó:
«Todo el mundo está tratando de ser una maldita víctima. Si todo el mundo dice ser una víctima, entonces nadie escuchará a las verdaderas víctimas», dijo Rock. «Incluso yo siendo golpeado por Suge Smith… Fui a trabajar al día siguiente, tuve hijos».
Más tarde bromeó: «Cualquiera que diga que las palabras duelen nunca ha recibido un puñetazo en la cara».