Wimbledon 2022 va sin rusos y sin ranking pero con Serena

Al menos en la antesala, sin que una raqueta haya impactado todavía una pelota, parece que esta edición de Wimbledon quedará en la memoria por quiénes están ausentes y qué faltará.

Y eso que hay un factor imposible de desdeñar. El torneo del Grand Slam sobre césped marcará el regreso de Serena Williams a los duelos individuales, tras mantenerse al margen durante más de un año.

Daniil Medvedev, primero del escalafón mundial, tiene prohibido participar, por orden del All England Club, que marginó del torneo a todos los deportistas rusos y bielorrusos, debido a la guerra en Ucrania.

“Es un error”, consideró Martina Navratilova, integrante del Salón de la Fama, en referencia al veto. “¿Qué se supone que deberían hacer? ¿Abandonar el país? Yo no desearía esto ni a mi peor enemigo”.

Las giras profesionales de hombres y mujeres reaccionaron anunciando que Wimbledon no contará para repartir puntos del ranking. Se trata de una decisión sin precedentes en un deporte que de muchos modos se construye sobre el escalafón.

Algunos tenistas optaron por no presentarse, incluida la canadiense Eugenie Bouchard, finalista de 2014, y la japonesa Naomi Osaka, cuatro veces monarca en majors.

Pero para otros, no habí manera de dudar sobre si acudirían al torneo. Después de todo, se trata de Wimbledon, con su superficie única, sus añejas tradiciones, su prestigio y, desde luego, decenas de millones de dólares en premios.

“Definitivamente, el hecho de que no haya puntos es difícil de asimilar. No voy a sentarme aquí para decirles que eso me alegra. Pero los naipes se repartieron ya. Al final, si yo le dijera a mi mamá que no voy a jugar en Wimbledon, me preguntaría: ‘¿Estás loco?’. Así que jugaré sin duda”, dijo Frances Tiafoe, estadounidense ubicado como 24to favorito.

“Esto ha salido de las manos de todos. Es una situación difícil, un momento loco. Y no se trata sólo de un jugador. No es un problema en que uno pueda preguntar: ‘¿Por qué yo?’”.

Entre algunos tenistas, surgieron rumores de que se recortaría la bolsa de premios. En respuesta, el italiano Fabio Fognini bromeó y dijo que estaría agradecido por ello, puesto que, sin dinero y sin puntos del ranking, preferiría tomarse unas vacaciones en una isla con su esposa, la excampeona del US Open Flavia Pennetta, y con sus cuatro hijos.

Resultó que no era sino un rumor. El All England Club terminó anunciando que aportaría un total sin precedente de unos 40 millones de libras (50 millones de dólares) en compensaciones para los jugadores.

Otros nombres importantes se han borrado de la lista de participantes por razones distintas.

Ash Barty, la campeona reinante, se retiró en marzo, apenas a los 25 años. Roger Federer, ocho veces monarca, no se ha recuperado de su cirugía más reciente de rodilla —el suizo no ha participado de hecho en un solo torneo desde Wimbledon en 2021.

El alemán Alexander Zverev, segundo del ranking, se rompió los ligamentos del tobillo derecho en Abierto de Francia y tampoco podrá participar.

Se ha ido algo más, por primera vez en la larga historia de Wimbledon: Un día de descanso dominical. Así, lo que había sido un certamen de 13 días, será ahora un evento de dos semanas completas.

¿Quién sí estará? Williams, gracias a una invitación. Y su condición de estrella iluminará el certamen durante el tiempo que permanezca jugando.

Dueña de siete campeonatos en el All England Club —-y de 23 en los majors, un récord en la era profesional— Williams no compite en individuales desde junio de 2021, cuando se resbaló en el césped de la Cancha Central y se lastimó la pierna derecha.

Abandonó su duelo de primera ronda en el set inicial.

Williams apareció sorpresivamente en los dobles del torneo de Eastbourne esta semana, junto a Ons Jabeur. Sin embargo, la estadounidense de 40 años no jugará en individuales antes de Wimbledon.

¿Es posible que Williams pueda mostrar su servicio, el mejor en la historia del tenis femenino, y moverse suficientemente bien para mantenerse en la pelea? De ser así, podría estar en condiciones de resolver los partidos con sus tiros a ras de césped.

Y nadie sabe cuán lejos podría llegar en ese caso.

Además, se ha habituado a ganar duelos poco después de largas ausencias.

También prevé jugar Rafael Nadal, quien ha conseguido la mitad de lo que podría ser un monopolio de torneos de Grand Slam en el mismo año por primera vez.

En enero, el español conquistó el Abierto de Australia, y este mes se coronó en Roland Garros. Su 14to título en París y su 22do en majors llegó pese a un dolor crónico en el pie izquierdo.

El propio veterano de 36 años se preguntó si podría estar en el All England Club. De hecho, dijo que siempre está latente la posibilidad de dejar el tenis.

Y tampoco es que vayan a faltar historias interesantes.

Iga Swiatek, flamante campeona en Francia y primera del ranking, llega al certamen montada en una racha de 35 victorias.

Novak Djokovic busca su cuarto título consecutivo en Wimbledon y su 21er trofeo de un major. Sabe que, como están las cosas, no podrá acudir al US Open en agosto dado que no está vacunado contra el COVID-19.

Y este torneo marcará el centenario de la Cancha Central que se inauguró en 1922.

“Voy a estar en Wimbledon. Si mi cuerpo está listo para estar ahí, así será. Wimbledon no es un torneo que yo quiera perderme”, dijo Nadal, el campeón de 2008 y 2010, pero quien no se presentó el año pasado, por la dolencia en su pie. “Nadie quiere perderse Wimbledon”.

AP

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