POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El pasado jueves el Presidente Luis Abinader pronunció un oportuno discurso mediante el cual desactivó el conato de lo que lucía iba a ser la primera gran crisis que enfrentaría su joven gobierno en ocasión de un paquete impositivo presentado al Congreso de manera conjunta con el presupuesto del año 2021.
El Presidente Abinader hizo suya una propuesta que hiciéramos públicamente a través de mi cuenta de Twitter, el domingo 4 de Octubre, en el sentido de que la solución al dinero faltante para el Presupuesto podía ser obtenido a través de un acuerdo con la minera Barrick Gold, multinacional que podía adelantar al Estado los recursos requeridos con cargo a los beneficios futuros incluyendo los impuestos que anualmente se pagan por la explotación del oro dominicano.
El Presidente Abinader fue humilde admitiendo públicamente que había errado y tomó la decisión correcta de rectificar, gesto que lo enaltece.
El otro tema fundamental del discurso fue que se contratarían abogados para representar al Estado en los procesos contra la corrupción y en procura de recuperar los miles de millones robados, así como exigir las indemnizaciones correspondientes a la víctima del latrocinio que es el Estado dominicano.
La decisión de nombrar abogados del Estado es transcendental para el curso de los procesos ya que el Estado podrá querellarse y constituirse en Actor Civil, pudiendo solicitar medidas de coerción contra los imputados, congelamientos de cuentas bancarias en territorio nacional y en el extranjero, identificación de los testaferros y, sobretodo, ayudar al Ministerio Público en la instrumentación de expedientes acusatorios sólidos.
El Presidente habló de las Plantas de Punta Catalina directamente; del soborno de ODEBRECHT que no fue investigado por el Gobierno anterior. Llamaba la atención que a casi dos meses del cambio de Gobierno todavía el país no sepa quiénes recibieron esos sobornos de Punta Catalina, que no se ha viajado a Brasil, ni se ha emplazado a la firma brasileña para saber la identidad de los responsables de ese caso tan importante de corrupción transnacional.
No hay duda de que el Presidente logró salir airoso del acorralamiento que sufrió en el fin de semana ante pasado con el tema de los impuestos y el presupuesto y a la vez tomó la ofensiva en el tema del combate a la corrupción que tanto interés despierta hoy en la sociedad dominicana.
Como amigo del Presidente y desde la acera política del frente me siento satisfecho de haber contribuido humildemente con propuestas constructivas.
Nuestro interés ha sido y será ayudar al nuevo Gobierno a abrirse paso en las aguas turbulentas en que le ha tocado navegar en este tiempo de crisis sin precedentes, sin esperar nada a cambio más que salvaguardar el interés supremo de la Nación.
EL AUTOR ES VICEPRESIDENTE DE LA FUERZA NACIONAL PROGRESISTA