SAN FRANCISCO DE MACORIS.- El lunes 20 de abril fue de cierto júbilo para los médicos de la Clínica Siglo XXI, en San Francisco de Macorís. Ese día, ayer propiamente, fue el primero desde que arrancó la etapa crítica de la pandemia del COVID-19 en el nordeste del país en el que no tuvieron pacientes en cuidados intensivos.
Ha sido el primer día desde el 12 y 13 de marzo sin pacientes conectados a ventiladores artificiales, cuenta el doctor Ramón Mena, vocero y presidente del Grupo Medico Unido, propietario del centro de salud.
El Siglo XXI es el principal centro privado del nordeste dando asistencia frente al nuevo coronavirus, una pandemia que fue detectada en WuHam, China, a finales del año pasado y que hoy ya tiene más de 2 millones de personas contagiadas en el mundo.
En República Dominicana se han diagnosticado 5,044 personas desde el primer caso detectado, un italiano de 62 años que vino de vacaciones a Bayahibe. Además han muerto 245 personas y 463 personas recuperadas.
La provincia Duarte, donde se encuentra la Clínica Siglo XXI, no registró nuevos contagios en el informe correspondiente al 20 de abril del presente año, el más reciente informe sobre la pandemia en República Dominicana.
Esta provincia ha sido la del mayor foco de contagios en el país, y la primera en registrar transmisión comunitaria del virus.
En vista de la no presencia de pacientes en cuidados intensivos, en la Clinica Siglo XXI aprovecharon para someter el área a una profunda sanitización, contó Mena en conversación telefónica con este diario.
Una de las cosas que ha cambiado en el panorama local de la enfermedad, es que antes los pacientes llegaban a los centros en condiciones críticas, cuando ya había que proceder directamente a su conexión a ventiladores, explica el doctor.
“Lo importante es captar al paciente antes de llegar a la etapa crítica”, señala el médico, al explicar que han recibido 107 pacientes por el nuevo coronavirus.
El doctor estima que los números de ingresados y tratados por la enfermedad en el mes de mayo serán menores a los registrados en marzo y la primera semana de abril, donde se concentró la parte más crítica del COVID-19.