Sobrepeso y obesidad: la verdad sobre sus métodos y otras cosas que deberías saber
Puede parecer una frase absurda, pero es real: El sobrepeso es uno de los tantos grandes problemas que causa el no aprender a comer. Los padres les enseñan a los hijos y se traspasa de generación en generación una cultura que hace daño a la salud.
No es de extrañarse lo que indican las cifras para América, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS): “La Región de las Américas tiene la prevalencia más alta de todas las regiones de la Organización Mundial de la Salud, con 62,5% de los adultos con sobrepeso u obesidad (64.1% de los hombres y 60.9% de las mujeres)”.
Pero hay más. Y es que, de acuerdo a las más recientes estimaciones de UNICEF, la OMS y el Banco Mundial, el sobrepeso y la obesidad están afectando al 33% de la infancia la población de edades comprendidas entre los 5 y los 19 años; y un 8% a los menores de cinco años.
Lo que ocurre es que “los alimentos procesados industrialmente, las bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando muy rápidamente a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud, y por lo que la OPS considera que se necesita regular el mercado para revertir esta tendencia en América Latina y en todo el mundo”, explica la especialista la doctora Marlenín Fernández, nutrióloga y diabetóloga de CEMDOE.
Tratar el sobrepeso y la obesidad va mucho más allá de un estado estético, ya que el no hacerlo puede desencadenar en daños a la salud, como la diabetes, la apnea del sueno, el cáncer, la artritis y las enfermedades cardiacas, especialmente la enfermedad coronaria en la que la obesidad es un factor de riesgo porque es causada por acumulación de grasa en forma de placa de colesterol en las arterias del corazón, explica la especialista de la salud.
En cuanto a la obesidad, dice que es un factor de riesgo de la insuficiencia cardíaca, pues las personas que la padecen tienden a tener mayor cantidad de sangre, lo cual hace que el corazón bombee con más intensidad y puede provocar insuficiencia cardíaca con el transcurso del tiempo. Esto se debe a que el corazón trabaja con más intensidad, el tamaño de su músculo aumenta, una afección denominada hipertrofia ventricular.
“Muchos estudios han demostrado que la obesidad es un factor de riesgo de la fibrilación auricular, un tipo de ritmo cardíaco anormal. En muchos casos, la fibrilación auricular se observa en la insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, los caminos entre la obesidad, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular están todos estrechamente relacionados”, cita la doctora basándose en los datos del Journal of the American Medical Asociation (JAMA).
Mitos y verdades sobre algunos métodos para bajar de peso
La doctora Marlenín Fernández aclara que aplicar métodos de adelgazamiento solo porque están de moda puede generarnos déficits o excesos nutricionales que pueden comprometer nuestra salud tanto física como emocionalmente. A continuación, explica sobre algunos que hemos escuchado como un buen consejo:
Colocar yeso en el vientre, rodar un palo por el área de la grasa acumulada y fajas de hasta tres tallas menos. Hay que saber que son métodos utilizados para adelgazar para una ocasión, pues no significan un cambio a largo plazo en el cuerpo de quien los usa, más pueden ocasionar lesiones que sí pueden llegar a ser permanentes, pues el uso de fajas reductoras de menor talla, colocar yeso en el vientre y utilizar palos puede lesionar físicamente nuestro cuerpo y también crear problemas circulatorios y hasta gastrointestinales si se utilizan con frecuencia.
La bariátrica puede causar patologías cardíacas. ¡Falso! La especialista dice que, todo lo contrario, la cirugía bariátrica, cuando está indicada, es el mejor aliado para la mejoría de enfermedades cardiacas ya desarrolladas o para la disminución de riesgo cardiovascular en general. Diversos estudios a nivel internacional hablan de una reducción de un 49% del riesgo de desarrollar eventos cardiovasculares importantes, como ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca o accidentes cerebrovasculares isquémicos por el efecto sobre el peso corporal a expensas de grasa.
El balón se ha relacionado con alopecia y falta de brillo en la piel. La razón que ofrece la nutrióloga es que esto no ocurre solo cuando se usa un balón gástrico, hay una afección llamada efluvio telógeno, que define la pérdida de cabello después de una situación que genere altos niveles de estrés físico, así como también puede ocurrir después de una significativa pérdida de peso. Este problema se da porque hasta el 70% de folículos pilosos que están en proceso de crecimiento, pasan a estar en fase inactiva cuando se pierde mucho peso.
Después de una pérdida de peso significativa, la pérdida de cabello podría darse entre los primeros 3 a 6 meses debido al estrés a que es sometido nuestro cuerpo durante dicha pérdida. En la mayoría de casos, el cabello vuelve a su normalidad después de 6 a 9 meses. Si bien esta situación puede causar más estrés y miedo, la buena noticia es que es un problema transitorio y temporal.
Subir y bajar de peso constantemente tiene riesgos para la salud. Sí. La doctora dice que cuando perdemos peso, el cuerpo no pierde solo grasa, también se pierde cierto grado de masa muscular y en el “efecto rebote” (volver a ganar peso), se acumula más grasa que músculo, y, como consecuencia, en ciclos repetidos de pérdida y ganancia hay una alta probabilidad de incremento neto de grasa en detrimento del músculo, lo que se conoce como sarcopenia y supone un peor estado funcional y de salud, y un aumento del riesgo de enfermedad metabólica y cardiovascular.
El sobrepeso requiere ayuda psiquiátrica. Para Marlenín Fernández, el sobrepeso y la obesidad son enfermedades que deben ser tratadas por un equipo médico multidisciplinario en el que además del nutriólogo debe participar en un principio un psicólogo o un coach nutricional. Sin embargo, una vez se determine el comportamiento alimentario del individuo, este puede llegar a necesitar ayuda psiquiátrica si determinamos que estamos ante un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) como el trastorno por atracones, la ortorexia o la bulimia.
“El método más seguro es el que un profesional capacitado determina, individualizando cada caso, tomando en cuenta que la finalidad del tratamiento no es la pérdida de peso sino la introducción de hábitos de alimentación saludables que ayudan al paciente a recuperar un peso saludable.
Recomendaciones de la especialista
Hay tres pilares para la pérdida y el mantenimiento de peso:
- Alimentación adecuada.
- Ejercicio físico.
- Gestión adecuada de las emociones y el descanso.
“Esto se dice fácil, pero cuesta mucho en la práctica por lo que lo primordial para empezar un proceso de pérdida de peso es visitar un especialista que le ayude a comenzar su proceso dándole las mejores opciones en cada caso”, reconoce la doctora.
MAYRA PEREZ CASTILLO