PUERTO PLATA.- Concebida como una alternativa para la crisis que creó en 2003 la destrucción de dos escuelas por el terremoto ocurrido en ese año, luego dejada sin uso y posteriormente vuelta a utilizar, la Plaza del Atlántico se ha constituido en uno de los más caóticos centros educativos de la provincia.
En Puerto Plata, donde alrededor de 14 escuelas están a medio construir, casi cada plantel que confronta dificultades va a parar a este lugar, concebido originalmente como una plaza comercial, frente al Mercado Municipal.
Actualmente alrededor de 800 estudiantes convergen en las diferentes escuelas que funcionan dentro de la Plaza del Atlántico, una verdadera Babel educativa, son las escuelas Luperón, Carlos María Hernández, Graciela Sierón y Alic Vespertino, así como las clases nocturnas del programa Prepara, en adición a las labores de la Escuela Hotelera y de formación técnica en alianza con Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), de la Fundación Patria.
Casi todo lo que no debería estar cerca de un plantel escolar, funciona en la plaza, así como otras actividades compatibles, entre tiendas, bancas de apuestas, financiera, tapicería, lavandería, cafetería y almacenes.
Es también la sede de las oficinas del Distrito Escolar 11-02 y la filial municipal de la Asociación Dominicana de Profesores (DP), detrás están las instalaciones del mercado de las pulgas, que martes y miércoles reúne a cientos de vendedores y compradores, en adición a los negocios establecidos de forma permanente en el lugar.
En últimos años, como el mercado municipal está en reconstrucción, el pandemonio de los vendedores, suplidores y compradores ha mermado; pero la zona es esencialmente un enclave comercial alrededor del cual operan al menos, 8 almacenes de venta de provisiones, comidas y bebidas, 6 bancas de lotería, centros de copiado y otros negocios.
CINCO ESCUELAS
El toque incesante de las bocinas de los vehículos, las voces de los mercaderes promocionando sus mercancías o respondiendo a las preguntas de los compradores, son la constante en un lugar en el que lo menos que alguien puede imaginar es el funcionamiento óptimo, no de una, sino de 5 escuelas que esperan por ser devueltas a sus espacios originales o a los que les puedan ser habilitados.
Ninguna de estas escuelas figura por el momento en las iniciativas previstas para la instalación de aulas móviles, por lo que se prevé que, a menos que ocurra alguna acción rápida, los estudiantes tengan que volver el próximo año a recibir docencia en ese lugar.
La convergencia de estudiantes de diferentes sectores también ocasiona contratiempos. Meses atrás se produjo un incidente en el que un estudiante procedente de otra escuela esperaba a uno de los estudiantes que reciben docencia allí, armado de una sevillana, ocasión en que la intervención de la seguridad de la zona y efectivos policiales impidió el que se produjera un desenlace trágico.
A las necesidades de aulas identificadas con relación a las escuelas a medio construir en el municipio que son al menos 3, en adición a la Ciudad Educativa Padre Granero que aún no se ha iniciado, habría que agregar las relativas a este centro ubicado en una de las zonas comercialmente más activas de Puerto Plata.
Al menos 14 escuelas se encuentran paralizadas, o ha sido reiniciada su construcción en los últimos tiempos, la mayoría por conflictos legales con las cubicaciones entregadas a ingenieros .
EDGAR LANTIGUA
