NUEVA YORK.- El Caucus Nacional de Mujeres Dominicanas, el Centro de Desarrollo de Mujeres Dominicanas, funcionarios electos y defensores de la comunidad se reunieron en solidaridad con las mujeres de la República Dominicana y su derecho a abortar bajo determinadas condiciones.
“¡Las causales van!”, fue el clamor de quienes se reunieron en el parque de Mitchell Square en Washington Heights el domingo,
“¿Quién se ocupa de la seguridad, salud y el futuro de estas mujeres? Ahora mismo, el gobierno, no!”, exclama Margarita López.
Aquí la comunidad reunida le pide al gobierno de la República Dominicana que apruebe en su Código Penal la despenalización del aborto en tres excepciones:
1. Cuando un embarazo represente un riesgo para la vida de la mujer.
2. Si el feto viene con malformaciones incompatibles con la vida.
3. Y tercero, si el embarazo es el resultado de una violación sexual o de un incesto.
Los organizadores reconocen a la diáspora dominicana presente en Nueva York, especialmente en el Alto Manhattan, y, según la activista Zenaida Méndez, el voto de las dominicanas en la ciudad es más alto que el de 20 provincias en la isla”.
“¿Por qué los legisladores tienen que decidir en nuestro cuerpo? Nuestro cuerpo, nuestra decisión y el presidente de la República Dominicana ganó la presidencia con el voto de la mujer porque prometió que en el primer año de su gestión iba a aprobar las tres causales y esta es la hora y no ha hecho nada”, expresó Méndez, presidenta y fundadora del Caucus Nacional de Mujeres Dominicanas.
De su lado, la asambleísta Amanda Séptimo argumentó que “lo estamos viendo aquí en los Estados Unidos y aquí en Nueva York, nosotros hemos cogido pasos a nivel estatal para proteger el acceso al aborto, pero nosotros sabemos que en partes del mundo, como la República Dominicana no es la misma realidad pero sabemos que las mujeres están enfrentando los mismos problemas”.
La defensa de los derechos sexuales y reproductivos prevaleció durante todo el encuentro.
La exconcejal Margarita López manifestó que “y el derecho inalienable a nuestro cuerpo, ningún gobierno del mundo tiene derecho a legislarlo, no importa que gobierno sea y esta creencia de pensar que nosotras tenemos que ser legisladas en nuestro sistema reproductivo es el absurdo más grande que se le pudo haber ocurrido a cualquier gobierno que tenga una constitución donde la democracia es lo que ordena”.
Por su parte, Ángel Bogaert, uno de los asistentes del evento, explicó que “como hombre, como padre, como esposo, como hermano, como hijo, es que yo entiendo, entendemos que los derechos y la libertad de la mujer nos hace a nosotros los hombres, a la vez, más libres también”.
