Mezclar antibióticos y alcohol puede ser peligroso para la salud
Los antibióticos son medicamentos que sirven para tratar infecciones. Nunca se debería consumir sin indicación médica y mucho menos tomar alcohol, por los riesgos que podría causar.
En esta época en la que aumenta el consumo de bebidas alcohólicas, la doctora Elianet Castillo, infectóloga del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE), alerta sobre esta combinación.
La especialista advierte que si una persona está tomando algún antibiótico, debe tomar en cuenta estos datos sobre cómo:
- El alcohol pudiera afectar el tratamiento.
- El alcohol pudiera ocasionar que disminuya la eficacia del antibiótico que esté utilizando por lo que no mejorará la infección que se está intentando tratar.
- El uso concomitante de alcohol y antibióticos pudiera llevar interacciones que ocasionen que presenten efectos adversos no deseados como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, dolor de pecho, mareos, sudoración, hipotensión.
Una amenaza contra el hígado
«Además, de manera intrínseca, algunos antibióticos tienen un riesgo de causar lesión al hígado por lo que el uso de alcohol al mismo tiempo pudiera contribuir y aumentar este riesgo», manifiesta la doctora del centro certificado por la Joint Commission International (JCI).
También considera que «es importante sólo cuando un profesional de salud certificado lo indique, y que antes de empezar el tratamiento, hay que asegurarse de conocer cuántos días, cuál es la dosis y cuántas veces al día hay que tomarlo.
De igual modo, ante cualquier duda, falta de información o reacción no esperada asociada al tratamiento, consultar al médico o farmacéutico.
«Los antibióticos no deben tomarse nunca por iniciativa sin la supervisión de un médico. Es muy importante no automedicarse ya que en muchos casos no estaríamos tratando correctamente la infección y, además, estaríamos propiciando la aparición de resistencias», agregó.
Es importante tomar en cuenta que los antibiótico no son efectivos para combatir virus que, a menudo, son los responsable de procesos gripales, resfriado, faringitis de origen vírico, entre otros.