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Mantener invariable la TPM refuerza una estrategia de cautela

La decisión de la JM se toma en un contexto de inflación controlada, crecimiento moderado y provisión de liquidez

SANTO DOMINGO.- El Banco Central de República Dominicana (BCRD) ha decidido no tocar su tasa de referencia. En lugar de moverla, apostó por sostenerla, en línea con una estrategia que ha priorizado la estabilidad frente a los impulsos. En momentos en que la economía da señales de recuperación moderada y la inflación se mantiene bajo control, mantener el curso parece ser la decisión más sensata.

El organismo optó la semana pasada por dejar su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 5.75 % anual. Lo hizo en un contexto donde los grandes referentes de la política monetaria internacional, como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), también han pisado el freno. La Fed mantuvo su rango de tipos entre 4.25 % y 4.5 %, ignorando las presiones políticas internas, incluyendo las del presidente Donald Trump para que colocara la flecha hacia abajo. Ambas decisiones, las de aquí y las de EE.UU. aunque separadas por geografías y realidades distintas, envían un mensaje común: todavía no es tiempo de moverse.

Lo que se ve, tanto en el caso dominicano como en el estadounidense, es una pausa extendida sustentada más en prudencia que en optimismo. Es una decisión pensada para no perturbar una economía que, aunque muestra signos de estabilización, aún se mueve en terreno delicado. El Banco Central dominicano ha preferido mantener su tasa en el mismo nivel desde inicios de año.

En su comunicado de julio, la autoridad monetaria hizo referencia a “condiciones financieras
internacionales restrictivas” y a un entorno global marcado por “elevada volatilidad”, aunque con señales de moderación. Esas señales vienen, por ejemplo, de la reciente reducción de aranceles por parte de Estados Unidos hacia socios clave, lo que podría animar el comercio mundial.

La tasa en 5.75 % no representa ni un incentivo ni un freno dramático al crédito, pero sí envía una señal: el Banco Central no está dispuesto a acelerar un proceso de expansión si no ve claro el panorama. Esta decisión también se toma cuando la inflación local lleva más de dos años dentro del rango meta. En junio, fue de 3.56 % interanual y la subyacente, de 4.15 %. Esto ofrece un respiro, pero también una oportunidad para no actuar con premura.

En junio, la Junta Monetaria (JM)aprobó un programa de provisión de liquidez por RD$81,000 millones, de los cuales ya se han desembolsado cerca de RD$40,000 millones, según datos del Banco Central. Esto ha permitido una expansión del crédito privado en moneda nacional, que crece a más del 8 % interanual y se proyecta que llegue al 10-12 % a final de año. Equivale a decir que el estímulo ya está en curso, pero sin tocar la tasa.

En Estados Unidos, la Fed también ha optado por la inmovilidad. El crecimiento económico se moderó, con una expansión interanual de 2 % en el segundo trimestre y una previsión de cierre de año en torno al 1.9 %, según el Fondo Monetario Internacional –FMI-. La inflación, por su parte, se ubicó en 2.7 % en junio, aún por encima de la meta del 2 %.

En su nota, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) dejó claro que los futuros ajustes se decidirán con base en los datos.

Detrás de la aparente estabilidad hay tensiones. El presidente Donald Trump ha presionado públicamente a Jerome Powell, presidente de la FED, para que baje las tasas, apoyándose en el buen desempeño del PIB en términos anualizados. Sin embargo, la Fed ha optado por preservar su independencia y mantener el enfoque técnico. Incluso dos de sus miembros se opusieron abiertamente a la decisión reciente del comité, algo que no ocurría desde hace más de tres décadas.

Significado para RD

Cuando la Fed mantiene su tasa, la presión sobre los países emergentes como República Dominicana se reduce. No hay urgencia de responder con subidas que frenen el crédito interno para proteger la moneda. Eso le da más margen de maniobra al BCRD para enfocarse en el crecimiento económico sin temor a una fuga de capitales o a presiones cambiarias severas.

Además, la estabilidad relativa de la tasa de interés en Estados Unidos ayuda a estabilizar los flujos de remesas y la inversión extranjera directa. Las remesas crecieron 11.2 % en el primer semestre del año, y se espera que la inversión extranjera directa supere los US$4,700 millones en 2025. Estos ingresos, junto a exportaciones que crecieron 10.4 %, han permitido que las reservas internacionales superen los US$14,200 millones, con una apreciación acumulada del peso dominicano del 0.3 %.

Enfoque

La estrategia del Banco Central parece moverse en dos carriles. Por un lado, está la provisión de liquidez selectiva, que permite que los recursos lleguen a sectores clave. Por otro, está la decisión de no mover la tasa de política monetaria, manteniendo un ancla de estabilidad. Esta dualidad responde a un entorno complejo: inflación bajo control, pero con riesgos latentes; crecimiento económico moderado, pero aún por debajo del potencial. El crecimiento acumulado del IMAE al primer semestre es de 2.4 %, con una proyección para el año entre 3.0 % y 3.5 %. Es una mejora frente a 2023, pero aún no entusiasma. El dinamismo sigue concentrado en sectores como la agropecuaria, minería, manufactura y servicios, pero todavía no se refleja con fuerza en el consumo interno.

En este contexto, mover la tasa a la baja podría interpretarse como un paso hacia la expansión plena. Pero hacerlo sin una señal clara de que la economía puede absorber ese impulso sin presiones inflacionarias sería arriesgado. Por eso, el BCRD prefiere esperar. Hay margen para actuar más adelante si es necesario.

Otros bancos centrales de la región han comenzado a recortar tasas —Costa Rica, Chile y Uruguay bajaron 25 puntos básicos en julio—, pero en contextos inflacionarios y cambiarios muy distintos al dominicano.

Los fundamentos que tiene la economía local

El Banco Central asegura que la economía dominicana cuenta con fuertes fundamentos y un sector productivo fuerte, que se reflejan en una mejor percepción de riesgo país en comparación con el promedio de América Latina y de otras economías emergentes. En este entorno internacional desafiante, el Banco Central de la República Dominicana seguirá monitoreando la evolución de la economía y cuenta con los espacios para continuar adoptando oportunamente las medidas que contribuyan a impulsar la actividad económica, reiterando su compromiso de mantener la inflación dentro del rango meta.

MARTIN POLANCO

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