El fin de las ayudas por la pandemia en Puerto Rico obliga a buscar empleo
Las ayudas federales del Programa de Asistencia por Desempleo Pandémico (PUA, en inglés) se acaban y los puertorriqueños están obligados a encontrar empleo, un soporte que ha disuadido a muchos ciudadanos de buscar trabajo provocando el cierre obligado de negocios.
Más de 70,000 puertorriqueños reciben este viernes las últimas ayudas PUA, un programa que supuso para muchos en la isla abstenerse de la búsqueda de trabajo por la simple razón de que los 600 dólares semanales que recibían superaban ampliamente lo que podían conseguir en un empleo de baja cualificación a su alcance.
El próximo lunes será para muchos el comienzo de una nueva etapa en la que, de nuevo, habrá que buscar un empleo en el mercado laboral de la isla, donde algunos empresarios han esperado ansiosos esta fecha ante la imposibilidad de abrir sus puertas porque sencillamente no había personas para trabajar.
El secretario del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) de la isla, Carlos Rivera, anunció en julio que el PUA culminaría de manera definitiva este fin de semana, sin ninguna posibilidad de que se extienda.
PARA SUBSANAR LA PÉRDIDA DE EMPLEO
La ayuda económica del PUA comenzó como medida para subsanar los gastos de muchos trabajadores que perdieron su empleo a causa de la pandemia, pero con la mejora de la situación sanitaria el Gobierno federal de EE.UU. tomó la decisión de poner fin a las ayudas en la isla para que la fuerza laboral comience a estabilizarse.
El economista y profesor de la Escuela Graduada de Administración de Empresas en la Universidad de Puerto Rico, José Caraballo-Cueto, señaló a Efe que las ayudas del PUA tuvieron su sentido cuando el confinamiento obligaba a los trabajadores a quedarse en casa, una situación que actualmente es muy distinta con el avance de la vacunación.
Caraballo-Cueto indicó que esas ayudas pudieron influir en la escasez de mano de obra para empleos de baja cualificación, una situación que durante todo este periodo no han dejado de denunciar los empresarios.
Dijo que esa situación tuvo un resultado positivo para el sector de personas de baja remuneración, ya que las empresas se vieron obligadas a elevar, aunque fuera ligeramente, la paga por hora, algo que ya no podrá volver atrás.
POSIBILIDAD DE BAJADA DEL CONSUMO
Respecto a otras posibles repercusiones para la economía de Puerto Rico, Caraballo-Cueto no descartó una bajada del consumo de forma inicial por el fin de las ayudas.
Aunque algunos analistas hablan de que el fin de los fondos PUA pudiera traducirse en movimientos migratorios hacia Estados Unidos continental, el economista mantuvo sus reservas sobre esa hipótesis.
Las ayudas del PUA han supuesto para el mercado laboral de la isla y su economía un impacto decisivo que ha atenuado cualquier problema social provocado por el desempleo obligado por el confinamiento que comenzó en marzo de 2020.
El secretario del DTRH subrayó que esas ayudas permitieron que llegaran a la isla cerca de 9,500 millones de dólares.
Rivera señaló que a finales del pasado agosto los beneficiarios de PUA y otros programas de desempleo locales por la pandemia fueron notificados del fin de las ayudas en la isla, con una población total que ronda los 3 millones de personas.
TERMINAN OTRAS AYUDAS
Además, termina la Compensación por Desempleo para Trabajadores con Ingresos Mixtos (MEUC), ayuda que provee un beneficio suplementario para aquellos que reclaman los beneficios del Seguro por Desempleo o alguna de sus extensiones y han trabajado por cuenta propia.
Analistas subrayan que es hora de abordar uno de los principales problemas de la economía local, que es la baja tasa de participación laboral, un problema estructural en Puerto Rico.
Las calles de la isla en los últimos meses han sido testigo de negocios cerrados por falta de empleados, a lo que se trató de dar respuesta por parte de las empresas con bonos de reclutamiento y hasta anuncios de empleos con paga por encima del mínimo federal en vallas publicitarias.
Algunos patronos repitieron, frustrados, las dificultades para contratar empleados, en su opinión desincentivados por los generosos beneficios de desempleo del PUA.
El PUA, aprobado por el Congreso de EE.UU. en marzo de 2020, permitió acceso a beneficios por desempleo a sectores de la población que no cualificaban bajo los programas ordinarios de cada jurisdicción.
Según indicó el secretario del DTRH, unas 73,000 personas recibían el PUA, a lo que hay que sumar otras 57,000 participaban de otros programas de desempleo.
EFE