España reporta una cifra récord de 849 muertes en un día por el virus
Las muertes por coronavirus en España aumentaron en una cifra récord de 849 ayer martes, mientras el sistema médico del país se esforzaba por atender a sus decenas de miles de personas infectadas.
Por su parte, Italia abrió un hospital de campaña de 200 camas en un recinto ferial en Milán para aliviar la presión en las saturadas unidades de cuidados intensivos.
En momentos en que las infecciones mundiales superaban las 800.000, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, imploró refuerzos en el cuidado de la salud, diciendo que se necesitaba hasta un millón de trabajadores más. La Organización Mundial de la Salud advirtió que la pandemia “está lejos de haber terminado” en Asia, a pesar de que el epicentro se haya desplazado.
Los legisladores rusos aprobaron castigos más severos por violar las normas de cuarentena y por difundir “noticias falsas” en medio del brote.
España e Italia trataban de evitar el colapso de sus sistemas de salud. En España, los hospitales de al menos la mitad de las 17 comunidades autónomas tenían ocupadas todas o casi todas sus plazas de cuidados intensivos y el 14% de los 88.000 infectados eran personal de salud, según las autoridades.
El COVID-19 ha cobrado ya la vida de 8.189 personas en España, lo que obligó a Madrid a abrir una segunda morgue temporal después de que una pista de hielo puesta en servicio la semana pasada quedó rebasada.
Decenas de hoteles en toda España se han convertido en salas de recuperación para pacientes en condiciones menos graves, y las autoridades están construyendo hospitales de campaña en centros deportivos, bibliotecas y salas de exposiciones.
En el norte de Italia, se inauguró un hospital de campaña para cuidados intensivos y que fue construido en 10 días en el recinto ferial de Milán, para ayudar a aliviar la presión sobre el sistema de atención médica.
“Hicimos una promesa y la cumplimos”, dijo el jefe del proyecto, el exjefe de protección civil Guido Bertolaso, quien terminó contagiado del virus mientras trabajaba y debió seguir dando instrucciones desde su cama de hospital.
AP