Silencios cómplices
POR NARCISO ISA CONDE.- El 1ro de Mayo y el 28 de abril son dos conmemoraciones que en nuestro país permiten destacar los silencios por complicidad de la llamada clase política y del sistema de medios de comunicación, incluido los programas de TV y Radio forjadores de opinión.
Alrededor de un día como hoy 1ro de mayo se habla de la fiesta de de la clase obrera, de salarios y leyes; pero se silencia el significado de plusvalía, de la explotación y sobre-explotación del trabajo ajeno, como apropiación legalizada de una parte del producto de la fuerza de trabajo manual e intelectual.
Las elites capitalistas y sus enormes fortunas, no son objetos de análisis reveladores de la existencia de sociedades enfermas, material y espiritualmente afectadas por los monopolios y oligopolios. Del capitalismo neoliberal poco se dice que no sea que equivale a democracia, ocultando no solo que es un sistema hostil a la satisfacción de las necesidades humanas y centrado en la expansión del capital y el afán de lucro de unos pocos.
Con el 28 de Abril y la invasión gringa, pasa igual o peor. Predomina el silencio sobre las implicaciones de la invasión militar estadounidense durante 57 años de negación de soberanía. Se oculta que al retiro de las tropas invasoras en 1966, le siguió la estructuración de un cuerpo de asesores (MAAG) con un total 500 efectivos militares estadounidenses, que hasta el presente controla los mandos de las fuerzas armadas dominicanas.
Pasa igual con la estructuración en la post-guerra de una red integrada por 5,000 agentes de la CIA, que a su vez controla la DNI, la DEA a la DNCD y el FBI a la Policía Nacional, Parecido sucede con el rol de la IV FLOTA-USA y sus incursiones caribeñas. Con las operaciones “Nuevo Horizonte”, usadas para conocer palmo a palmo todo el territorio nacional y facilitar eventuales operaciones de intervención y control militar.
Silencio total sobre el significado del pacto del Presidente Abinader con el Comando, aceptando complacientemente su libertad para intervenir en toda la isla y acompañar sus acciones intervencionistas en la región latino-caribeña; mientras proceden como si la entrega al Comando Sur del Puerto de Manzanillo, en nada implica negación de soberanía.
De hecho somos, con la venia de comunicadores y políticos, una posesión del Pentágono, de su Comando Sur y su IV Flota, a ser usada contra nuestra autodeterminación, la de Haití y la de cualquier otro país de esta subregión, en la lógica de un Estado tutelado por EEUU, aliado al Estado terrorista colombiano, y hostil a Cuba y Venezuela.