El afán de lucro
POR DANILO CRUZ PICHARDO.- Toda persona que lucha por su superación, mediante el trabajo o los estudios (o ambas cosas), es digna de admiración. Son muchos los que han logrado salir de la pobreza social trabajando honestamente o alcanzando una carrera técnica o universitaria, exhibiendo un ejercicio profesional exitoso, que les permite el ascenso en la sociedad.
Hace tiempo se escucha decir que rico no es el que tiene muchos bienes materiales y cada vez, de forma insaciable, como ciertos miembros de la oligarquía dominicana, busca tener más.
Esos individuos son esclavos del dinero. Rico es el que necesita poco para vivir. Si usted tiene los ingresos necesarios, alimentación adecuada, una vivienda, mujer e hijos, acceso a la salud, un vehículo de motor, servicio de energía eléctrica, agua potable, teléfono, internet y cable, ¿qué más está buscando? No necesita más nada, que no sea felicidad larga vida.
Inclusive hay muchas personas que no disponen de los recursos ni servicios señalados arriba. Dijo Séneca: “Acomodarse con la pobreza es ser rico. Se es pobre no por tener poco, sino por desear mucho”.
En los denominados barrios marginados hay gente que muestra felicidad al jugar domino con sus vecinos, tomarse una botella de ron y comerse un locrio de pica pica.
También se conocen que tienen bienes en abundancia y no salen de una depresión que puede llevar al suicidio, generando en muchos la pregunta: ¿Cómo un hombre o una mujer rica, que supuestamente lo tiene todo, se quita la vida? No lo tiene todo, posiblemente carecía de felicidad.
Estas observaciones vienen con motivo de la violencia que arropa la sociedad, donde a diario se les quita la vida a seres para despojarles de objetos inclusive de poco valor. Se trata de bandoleros civiles y militares, afectados por el modismo, el consumismo y, en ocasiones, vicios que les llevan a buscar dinero sin importar la vía.
Dentro de estos casos se inscribe la muerte de Orlando Jorge Mera, ministro de Medio Ambiente, un hecho que conmovió a toda la sociedad y demuestra que no hay seguridad para nadie. Fausto Miguel Cruz, supuesto amigo tenía un desmedido afán de lucro para satisfacer la costosa vida que llevaba.