A Rosario Espinal
POR DANILO CRUZ PICHARDO.- La politóloga Rosario Espinal publicó un artículo intitulado “Lo que ayudó al PLD ayuda ahora al PRM”. Respeto mucho sus opiniones, pero le diría que la estabilidad macroeconómica es parcial, porque la deuda externa se ha disparado a niveles alarmantes en apenas dos años y medio y el cúmulo de empréstitos solo ha servido para estabilizar la tasa de cambio, no la de interés bancario ni la inflación en los productos de la canasta familiar, lo que reduce el poder adquisitivo de la población.
¿De dónde saca Espinal que la gente no expresa disgusto con el costo de la vida? ¿Qué firma encuestadora revela tal hallazgo? ¿Ella hace sondeos en los supermercados? El mayor problema de los dominicanos, después de la inseguridad ciudadana, es la inflación.
En un país con tanta desigualdad social no se puede hablar de estabilidad. El desempleo en la juventud asciende a un 29%, el más elevado del continente, la educación ha sido un fracaso, como fracasa también la salud, al extremo que el 911 se cae y las farmacias populares están desabastecidas, mientras se gasta cada mes 1,300 millones en publicidad y bocinaje.
Es un desatino alegar que la “estabilidad” obedece a que se dejó en el Banco Central a Valdez Albizu, así como a la designación de empresarios en posiciones relevantes. Si solo Albizu garantiza estabilidad, tenemos que prepararnos para cerrar el país cuando él no esté presente. Y si los empresarios son los únicos que saben gobernar y garantizar confianza, entonces las elecciones del 2024 son innecesarias, lo aconsejable es convocar al CONEP y entregarle el país.
En lo que Espinal tiene razón es cuando dice que la oposición está dividida, pero yerra al estimar que el PRM está unificado. Ni siquiera lo están Abinader e Hipólito, pues la primera dama apoyó públicamente a Raquel Peña para la reelección vicepresidencial y la reacción de Mejía no se hizo esperar: “Hay segunda vuelta”. Dijo la verdad, verdad que desmonta el festival de encuestas falsas.
Es un problema planteado, porque Abinader tiene compromiso con un poderoso grupo de Santiago, al cual le otorga el grueso de las contratas de obras. Y Raquel Peña no solo es su representante en palacio, sino en los sectores salud y energía, donde es jefa. Por otro lado se sabe que Hipólito no da un paso atrás en su respaldo a su hija Carolina, aspirante vicepresidencial. Mejía es un octogenario que, entre otros intereses, hace política para impulsar a su descendiente biológica.
Empero, la mayor división está entre Abinader y los aspirantes presidenciales Alburquerque y Guido Gómez. Espinal ni siquiera menciona a esos precandidatos. Tampoco se entera que eventualmente surja David Collado, con el cual el Grupo Vicini presiona para lograr propósitos. Los pocos estudios de opinión serios revelan que Guido aglutina el descontento de los perremeístas, que bajo pandemia lograron el triunfo de Abinader y hoy el 85% sigue sin empleo, razón por la que el 46% de los militantes no apoya nuevamente a Luis. Nadie fía al que no paga.
Rosario Espinal, sin embargo, muestra gran coherencia progubernamental entre las ideas que sostiene hoy y las sostenidas en los gobiernos del PLD. A sus artículos de ahora solo hay quitarle PLD y Leonel Fernández (tres períodos) y PLD y Danilo Medina (dos períodos) y ponerle ahora PRM y Luis Abinader.