Opinión

Aranceles de Trump desencadenarían devaluación monedas

POR DANILO CRUZ PICHARDO.- Con menos de dos meses en la Casa Blanca el balance indica que Donald Trump ha creado problemas múltiples a Estados Unidos, sin que se evidencie un solo acierto en beneficio de esa nación norteamericana.

Su megalomanía y trato imprudente e irrespetuoso a los países del mundo, incluyendo a históricos aliados, ha generado un deterioro diplomático que podría llevar al aislamiento a la ya cuestionable principal potencia del mundo.

Los problemas del mundo de hoy se resuelven con decisiones bilaterales, no en una sola dirección, mucho menos con lenguaje despectivo hacia naciones, estadistas y líderes del mundo, que no están en disposición de tolerar órdenes de este caballero.

Es positivo que procure acabar con la guerra entre Rusia y Ucrania, pero su soberbia le impide enterarse que a otro estadista no se le humilla, mucho menos en condición de invitado o visitante al Salón Oval. Por el momento cualquier solución a ese conflicto bélico luce estancado.

Trump inició con mucho brío las deportaciones de inmigrantes indocumentados, correspondientes todos a países de la región. Es un derecho que le asiste al presidente estadounidense, pero yerra al tildar de delincuentes y criminales a personas que, mayoritariamente, llegaron a ese país buscando mejoría económica, trabajando dignamente y en labores que los ciudadanos de esa nación no realizan.

Con las repatriaciones se afectan a países latinoamericanos, pero también se afecta la economía de Estados Unidos. ¿Quién se beneficia?

Donald Trump

Aranceles

Sin embargo, parece que a Trump solo le importa satisfacer sus caprichos y prejuicios raciales y sociales. Ninguna de sus medidas ha producido resultados positivos, mucho menos la denominada guerra de aranceles desatada por su administración.

¿En qué beneficia gravar las importaciones de México, Canadá y China, si esos países también están colocando tasas arancelarias igual y mayor a los productos procedentes de Estados Unidos?

En el caso de México y Canadá, Trump tuvo que conceder una prórroga de un mes, después de conversar con los gerentes de General Motors, Ford y Stellantis, que fabrican sus vehículos y repuestos en México y Canadá, por razones de costo de producción, empezando por manos de obra más económicas.

De todas maneras, los aranceles entrarían en vigencia y ya la bolsa de valores de New York se disparó al iniciar la semana y el costo de los vehículos de motor y sus respectivos repuestos están subiendo de precio.

Se espera una inflación generalizada y sin precedentes en Estados Unidos, porque el costo adicional de las importaciones se transfiere al consumidor. Ese caso se daría de inmediato con el petróleo crudo que se importa de Canadá, pues automáticamente provocaría alzas en los carburantes, los cuales repercuten en el costo de todos los demás productos. En definitiva: Estados Unidos afectaría la economía de sus vecinos, pero dañaría la propia.

La alocada idea de Trump radica supuestamente en proteger la economía de su país y que los productores y fabricantes norteamericanos, en los países del mundo, lleven sus empresas a territorio estadounidense, pero se trata de un sueño, porque los inversionistas se van a los lugares que resulten más convenientes y además podrían explorar otros mercados, como en efecto ya lo hacen.

Mientras tanto la guerra arancelaria iniciada por Trump Tendría un efecto dominó, es decir, desencadenante en todos los países del mundo, llevando devaluación de monedas, inflación y pobreza social.

Redacción

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