Cibao

Campesinos detienen tala de árboles en Sánchez Ramírez

SANCHEZ RAMIREZ.- En un esfuerzo decidido por proteger su entorno, campesinos de unas seis comunidades que están siendo afectada en la provincia de Sánchez Ramírez han bloqueado el desmonte de miles de árboles en las colinas de la localidad de El Rayo, donde nace el río El Naranjo.

Esta acción surge en respuesta a la ampliación de la presa de Cola, a cargo de la empresa Barrick Pueblo Viejo, que amenaza con afectar un ecosistema vital para la región.

Los residentes de la zona han formado un frente común contra la tala indiscriminada que, según argumentan, no solo pone en peligro su medio ambiente, sino también sus medios de subsistencia.

La situación expone un conflicto entre el impulso de la minería y la preocupación de los ciudadanos que habitan estas comunidades.

Concepción Sosa, dirigente comunitario, deploró las acciones de la empresa minera.

“El gobierno dominicano y Barrick no tienen perdón de Dios. Con la tala de estos árboles, los ríos cercanos a esta loma se secarán y estas comunidades se quedarán sin agua”, afirmó Sosa, instando a las autoridades a detener los daños causados al ecosistema sin ofrecer compensaciones adecuadas.

La angustia de los habitantes es palpable; ven con impotencia cómo se derriban miles de árboles, muchos de ellos centenarios, en la parte alta del río El Naranjo.

Este desmonte está destinado a la construcción de una carretera que conectará con la nueva presa, según informaron los obreros de la empresa, quienes realizan su labor bajo la custodia de miembros del Ejército.

Octaviana Gila, una mujer de 88 años, recorrió a pie varios kilómetros para llamar la atención sobre la situación que enfrenta su comunidad.

“Pido compasión por la naturaleza, que no quiere morir y dejar a estas comunidades sin agua”, clamó, advirtiendo sobre el futuro sombrío que espera a las próximas generaciones si continúa la tala indiscriminada.

Cada mañana, decenas de campesinos se congregan a la cabecera del río El Naranjo, donde han establecido un campamento improvisado.

Allí preparan comida para quienes llegan a respaldar la paralización del desmonte.

Ramón Ventura, un residente de la comunidad de El Rayo, destacó que la poca agua que aún tiene el río abastece a nueve comunidades, lo que genera una gran preocupación ante la posibilidad de quedarnos sin el vital líquido.

Las comunidades afectadas por esta situación incluyen El Rayo, El Naranjo, Arroyo Vuelta, Las Lagunas y Las Piñitas, entre otras.

Santa Tejada, otra de las manifestantes en el campamento, subrayó que las comunidades están en medio de una negociación con Barrick Pueblo Viejo, y su demanda más urgente es la detención del desmonte hasta que se tomen decisiones que garanticen el bienestar de los residentes y la conservación del río.

Clemente Paulino, líder comunitario de El Rayo, compartió su visión sobre la situación: “Es devastador ver cómo un grupo de militares protege a quienes están causando daño al medio ambiente.

Resistencia.
Además, Paulino advirtió sobre la calidad del agua que persiste en la zona, afectada por los químicos utilizados en la minería, lo que representa una amenaza para la supervivencia de las familias en estas seis comunidades.
La resistencia de los campesinos de Sánchez Ramírez destaca la importancia de la defensa del medio ambiente frente a intereses económicos que, a menudo, dejan a su paso una estela de destrucción y despojo.

ONELIO DOMINGUEZ

Redacción

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