Cloacas destapadas afectan comunidades de La Vega
LA VEGA.- Un penetrante hedor a putrefacción y heces fecales arropa las comunidades de El Tanque y Las Carmelitas en la provincia La Vega, donde desde hace tiempo el sistema de cloacas se encuentra reventado, con las aguas residuales y excremento corriendo por las superficies del pavimento.
Ambas comunidades se ubicadas en una colina de forma parela, conectadas por una calle, dando de la impresión de formar la letra «Y». Justo en ese punto donde convergen, la cloaca está destapada, afectadando ambos barrios con las aguas negras y residuales y la materia fecal que arrastra.
La temporada ciclónica inició, y de acuerdo a los comunitarios, cuando llueve la situación es aún peor, pues el agua pluvial, que se liga con la cloaca, entra en las casas.
Aquí es fácil mirar a los niños jugar con los pies descalzos por el barrio, por lo que, en combinación con la lluvia, aguas negras y popó, supone una situación de exposición a enfermedades para la gente.
Según explican los comunitarios, las autoridades han pasado en ocaciones esporádicas a realizar algún trabajo, sin embargo, no se ha conseguido intervenir la cloaca y resolver el problema, ya que la tubería principal está tapada.
Algunos moradores optaron por personalmente colocar unos tubos para desviar la cloaca hacia el contén, evitando que el agua pase directamente por el frente de sus casas.
Tantos los comedores, colmados y otros negocios se ven afectados, pues el hedor es «insoportable» y nadie quiere comer así, según narran.
Doña María Mercedes Acevedo, de 73 años, cuenta que hace un tiempo, la cloaca explotó dentro de su casa y subió en el baño, inundando con aguas residuales y materia fecal toda su vivienda.
Una unidad del Sistema de Emergencias 9-1-1, se presentó hasta allá debido a que ella se estaba asfixiando. Narra que para poder entrar a su vivienda, debía ser con botas de gomas, pues los desechos de la cloaca daban a la rodilla.
Al final, tuvo que ser movilizada por un tiempo a casa de vecinos y familiares. Desde ese entonces, sus hijos han intentando «sacarla» del barrio, sin embargo, para ella «no es fácil dejar el lugar donde ha vivido por más de 50 años»
Otros comunitarios se suman a la voz de María Mercedes, clamando a las autoridades una verdadera intervención, ya que sienten que «es una burla» no solucionar este problema que lleva más de 30 años y «se han olvidado que aquí también somos gente y merecemos vivir dignamente».
ASHLEY MARTINEZ