Conservadores alemanes relanzan la búsqueda de un sucesor para Merkel
BERLÍN.- Hace tan solo unos meses, antes de la pandemia de covid-19, la batalla por la sucesión de Angela Merkel en el partido conservador tenía tintes de ajuste de cuentas, con una cancillería presionada por la cuestión migratoria.
Pero ahora, frente a los éxitos de la jefatura del gobierno en la gestión de la pandemia, que le reportaron récords de popularidad, los pretendientes al puesto deben garantizar que darán continuidad a sus quince años en el poder, como lo mostró el debate entre los tres principales candidatos realizado el sábado por la noche y retransmitido por televisión.
Tanto el moderado Armin Laschet, dirigente de Renania del Norte-Westfalia; el liberal Friedrich Merz, viejo adversario político de Angela Merkel como el exministro Norbert Röttgen, evitaron criticar a Merkel, en un debate encorsetado y bastante aburrido.
El encuentro estaba organizado por las Juventudes del partido demócrata-cristiano alemán, la CDU.
– Nada de «rupturas» –
A principios de diciembre, el partido en su conjunto designará a su futuro presidente, que tendrá todas las papeletas para convertirse en candidato a la cancillería alemana durante las elecciones legislativas de otoño de 2021, cuando Merkel planea retirarse de la política.
Según los últimos sondeos, el CDU conseguiría una victoria clara con el 35% de los votos.
Incluso Merz, partidario de que los conservadores emprendan un giro a la derecha después de la era Merkel, de centro-derecha, consideró que la sucesión de la cancillería no debía «constituir una ruptura sino una sucesión». Lo dijo quien hasta hace poco denunciaba sin ambages el balance de la canciller.
Merz se concentró en su tema predilecto, la economía, y considero «vital» no dejarle deudas a las «generaciones futuras», mientras que el gobierno decidió recurrir de forma masiva a los préstamos frente a las consecuencias económicas de la pandemia.
Pero, al no haber ocupado nunca ningún cargo electo, a Merz, antaño gerifalte de la CDU y hoy reconvertido al mundo empresarial, se le ha oído poco desde que estalló la crisis sanitaria, un tema que tampoco abordó mucho este sábado.
En cambio, Armin Laschet (59 años), que comparte con Merz el estatus de favorito, se posicionó como un hombre del terreno.
Ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, la región más poblada de Alemania y también la más afectada por la epidemia, recordó en varias ocasiones su «combate diario por defender» a sus conciudadanos.
«Estoy en el cargo desde hace mucho tiempo», exclamó, subrayando la necesidad de que el partido se «modernice», en tanto que a Friedrich Merz se le suele ver como un hombre del pasado.
Asimismo, Laschet se jactó de contar con el apoyo de Jens Spahn, ministro de Salud, un hombre que ha ganado notoriedad a raíz de la crisis sanitaria y que está bien considerado por el ala más conservadora del partido.
– La sombra de Söder –
En cambio, Norbert Röttgen, de 55 años, parecía estar menos cómodo que sus dos competidores. «Nuestro partido necesita valor, voluntad y habilidad para renovarse», declaró el exministro de Medio Ambiente, experto en cuestiones internacionales pero sin ningún puesto en el partido.
«Los tres candidatos fueron convincentes sin que hubiera ningún vencedor», consideró después del debate el politólogo Uwe Jun, quien apuntó que «Laschet y Merz son claramente favoritos, en detrimento de Röttgen».
No obstante, queda por saber si será uno de ellos quien sucederá finalmente a Angela Merkel. Pues en los sondeos nacionales ninguno de los tres candidatos suscita la unanimidad.
Entre los responsables de la CDU, es el ministro de Salud Jens Spahn -quien sin embargo no es candidato- el mejor valorado para dirigir el movimiento, según un sondeo publicado esta semana.
Por otro lado, para la cancillería, las encuestas apuntan que el mejor situado sería Markus Söder (53 años), ministro-presidente de Baviera y presidente de la CSU, partido bávaro hermano de la CDU.
Y aunque Söder afirme oficialmente que quiere quedarse en Baviera, los medios alemanes no descartan que acabe siendo designado candidato a la cancillería.
David Courbet / AFP