POR MARCOS SANTOS. – Los medios de comunicación exponen los hechos, y en nuestro país no pasa un día, sin que los medios no ofrezcan una noticia sobre un caso de corrupción en la administración pública o en el sector privado.
Y ni hablar de los robos de motores, carros, carteras y cualquier cosa que alguien descuide.
Las denominadas operaciones Coral, Anti Pulpo, denuncias sobre un supuesto fraude en el sector eléctrico, el descubrimiento de una red mafiosa en la dependencia de Promipyme en Monte Plata, la Dirección General de Impuestos Internos, DGII, acusando de estafa contra el Estado Dominicano a una empresa por un monto cercano a los 5 mil millones de pesos, y el caso de la Lotería Nacional, donde hasta un no vidente está metido hasta el tope en el asunto.
Todos los casos mencionados, fueron tratados por los medios de comunicación ayer lunes 14 de junio del 2021, porque si traemos los robos que se cometieron en las pasadas administraciones del PLD encabezadas por Leonel Fernández y Danilo Medina, nos toma una semana escribiendo, debido a la gran cantidad que hay.
Este es un país arropado por la corrupción y los corruptos.
Y lo peor de esto, es que no hay un régimen de consecuencias para los corruptos.
Justicia no, impunidad sí.
Miles de millones de pesos del pueblo dominicano, han ido a parar a manos inescrupulosas, que hoy exhiben grandes fortunas sin poder justificarlas.
Y mientras eso sucede, padecemos por no tener un sistema educativo eficiente, un sistema de salud con todas las de la Ley, padecemos de todo, por culpa de los corruptos que se han llevado entre las uñas nuestros sueños y esperanzas de tener un país desarrollado.
Y mientras eso sucede, vemos un pueblo adormecido, que se conforma con las migajas, que vende su voto y conciencia, y por tanto el presente y el futuro del país, por un pote de romo y 500 pesos.
Estamos tan mal como sociedad, que, si un ciudadano reclama Justicia, es considerado un chantajista y un extorsionador.
Si exigimos que los dineros del pueblo sean manejados con pulcritud y transparencia, entonces nos califican de lo peor.
Por esas y otras razones, gran parte de la sociedad, es indiferente ante el cuadro de desfachatez y rastrería que existe en la administración pública.
Parece no importarnos que un grupo de “salta pa tra”, vean el Estado como un botín de guerra o como una piñata.
Llegan pobres, con deudas, a pie, sin casa, con ropa vieja, y salen multimillonarios, sin deudas, montados en varios vehículos, vistiendo al ultimo grito de la moda, y nosotros en el mismo sitio, y si llegamos, nos toma muchísimos años y esta gente en apenas tres o cuatro años, ya son unos magnates.
Lo malo del caso, es que veo pocas esperanzas de que las cosas cambien para bien.
Sin embargo, las hay, pocas, pero hay esperanzas.
Algún día será, y esos días ya empiezan a verse.
A Miriam German, Yeni Berenice, y Wilson Camacho, ni un paso atrás, ni siquiera para coger impulso.
