Defensor del Pueblo critica sistema de salud: “En RD, enfermarse es jugar una ruleta”

SANTO DOMINGO.- El Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, criticó el sistema nacional de salud en trece puntos que desglosó en su red social “X”.
Ulloa inició el “hilo” de la publicación haciendo alusión a Rosa, una paciente hipotética que acude a un centro médico público en busca de atenciones médicas, pero el sistema de salud le falla.
“A Rosa le dolía el pecho desde hacía días. Llegó al hospital a las 6:00 a. m. A las 11 le dijeron que el cardiólogo no fue. A las 2:00 le pidieron que volviera mañana. A las 7:00 murió en su casa. No fue el corazón. Fue el sistema”.
El garante de los derechos fundamentales prosiguió su crítica con varias interrogantes, con las que al final aseguró que “en República Dominicana, enfermarse es jugar una ruleta”.
“En República Dominicana enfermarse es jugar una ruleta: ¿Habrá médico? ¿Habrá cama? ¿Te atenderán a tiempo? ¿Tendrás que endeudarte para sobrevivir? Las respuestas duelen. Y lo peor es que ya ni nos sorprenden”, expresó Ulloa.
Atribuyéndole el fracaso del sistema de salud a la falta de responsabilidad por parte de las autoridades, continuó Ulloa su apreciación.
“Nuestro sistema de salud está roto. Y no por falta de recursos, sino por ausencia de responsabilidad. Nos acostumbramos al abandono, a las excusas, al desorden. Y mientras tanto, la gente muere esperando”, aseguró Ulloa.
El acompañante de la administración pública citó el artículo 61 de la Constitución, el mismo que expresa que el Estado tiene el deber de garantizarles la salud a todas las personas dentro de su jurisdicción, pero que este le ha fallado.
“El artículo 61 de la Constitución es claro: “El Estado garantizará a todas las personas acceso a servicios de salud de calidad.” ¿Se está cumpliendo? Pregúntale a Rosa. Pregúntale a cualquier barrio”, continuó Ulloa.
Añadiendo que hay “hospitales sin medicamentos. Consultas a tres meses. Turnos que se venden. Médicos que no llegan. Y un sistema que no mide, no exige, no corrige. ¿Hasta cuándo?”, preguntó.
El Defensor del Pueblo aseguró que en 2024, el sistema de salud manejó más de 200 mil millones de pesos, manifestando que aun así, el problema no radica en el dinero, sino más bien en la impunidad con la que se gasta, la falta de recursos y la desconexión con la vida real del pueblo.
Asimismo, en su crítica resaltó la buena labor de algunos profesionales de la salud, pero condenó a otros por “cobrar sin trabajar” mientras la institucionalidad de la salud pública guarda silencio ante ciertos actos de “injusticia”.
“Sí, hay médicos ejemplares. Muchos. Pero también hay quienes cobran sin trabajar. Y hay instituciones que premian el silencio, no el servicio. Eso no es salud pública. Eso es injusticia institucionalizada”, dijo.
Ante todo esto, Pablo Ulloa colocó sobre la mesa del diálogo la ideología que debe caracterizar al sistema de salud pública, filosofía que se percibe como una utopía, por estar lejos de la realidad.
“Proponemos otra visión y filosofía: ‘Los centros de salud deben de ser Unidades de Producción y Servicio, enfocados en el ser humano’ espacios eficientes y medibles. La ética y la productividad son la base del sistema de salud. Lo público y lo privado pertenecen a un solo usuario, el ser humano”.
Agregando que, ese “nuevo modelo” debería tener la historia clínica digitalizada y accesible; el cumplimiento de turnos sea verificable; el ciudadano tenga voz y evaluación; y el presupuesto se traduzca en atención real.
El Defensor culminó su reprensión con la aclaración de que su crítica no es “castigo”, si no, más bien “es justicia» y «no es persecución», más bien, «es exigencia ética”. Porque un “sistema de salud digno necesita servidores responsables, reglas claras y resultados verificables”.
Argumentando que, “un país donde enfermarse equivale a empobrecerse, no es un país justo”, por lo que en “una República Dominicana que no cuida a su gente, no puede llamarse República”.
“Reformar el sistema de salud no es una promesa de campaña. Es una obligación moral. Y debe comenzar escuchando a quienes más lo sufren: los que esperan en una fila, con dolor y sin esperanza”.
Terminando con Rosa, la paciente imaginaria, quien murió a causas de un sistema de salud fallido, y no precisamente de un infarto al miocardio.
“Rosa no debía morir así. Nadie más debe. Es tiempo de sanar al sistema para poder sanar al pueblo. Con justicia, con eficiencia, con dignidad”, aseguró Ulloa.
LISBETH CHALAS