Explosión en una envasadora en Licey dejó dos muertos
Santiago. La gravedad de las quemaduras ocasionadas por una fuga en una válvula en la envasadora de gas licuado de petróleo Coopegas, que dejó como saldo dos muertes, ha obligado a trasladar de manera urgente a tres adultos al hospital Luis Eduardo Aybar de Santo Domingo.
Dos heridos continúan ingresados en el hospital regional universitario José María Cabral y Báez, mientras cuatro niños se mantienen desde el sábado en la unidad de quemados que funciona en el pediátrico doctor Arturo Grullón, ambos en Santiago.
La planta Coopegas, propiedad de una cooperativa con 102 socios, ubicada en la carretera La Peña en el trayecto Licey-Tamboril.
Entre las víctimas mortales figura el infante Braylin Ulloa, quien acababa de cumplir diez meses de nacido y el bombero Francisco Trinidad, de 66 años.
El niño se encontraba junto a sus padres en la sala de la vivienda, compartida por dos familias cuando el impacto afectó la pared de la casa, que estaba pegada a la de la envasadora, pero ubicada en la comunidad Limonal.
De la familia del menor, está ingresada en un centro de salud, su madre Grisel Santos, Juan Francisco Santos y Griselle Padilla Corniel y su padre Samuel Ulloa. Por la gravedad de las quemaduras Nelson Ozoria, Juan Francisco Santos y Griselda Padilla, fueron trasladados al Luis Eduardo Aybar, de Santo domingo, debido a que en Santiago no cuenta con una unidad de quemados.
Demanda
Familiares de las víctimas manifestaron que quieren se haga justicia y advierten acudirán ante los tribunales para demandar a la empresa, por las muertes y daños a viviendas.
Los moradores de La Peña y Limonal Abajo dijeron que se oponen a que dicha estación de combustible siga operando en la zona. Las autoridades del cuerpo de bomberos de Santiago y Licey y la Defensa Civil trabajan en un levantamiento para poder determinar las causas del siniestro.
Trabajador narra situación vivida
El bombero Luis Manuel Almonte narró a periodistas de elCaribe que segundos antes de la tragedia acaban de entregar a su compañero Francisco Trinidad cuando escuchó la explosión por la fuga.
“Juan intentó cerrar la manguera, peor no pudo, la fuerza del impacto fue tal que lo voló como a 50 metros de distancia”, dice Almonte.