Opinión

¿Feria ganadera o de autos?

POR LUIS ENCARNACION PIMENTEL.- El caso es digno de un S.O.S, de una rápida acción oficial y de que se le dé un corte urgente al despropósito en pie. Porque, con sobrada razón, la comunidad ecuestre nacional alza su voz de protesta por el atropello sistemático al sector y lo que, sin espacio a duda, resulta una clara y cruda desnaturalización de la función esencial de la Ciudad Ganadera, auspiciada por la actual presidencia del Patronato Nacional de Ganaderos  (PNG) del señor José Manuel Mallén.

Veamos: En vez de la entidad cumplir con el histórico rol de proteger y fomentar la ganadería nacional, en los últimos años las instalaciones de la Feria han sido cerradas progresivamente para los animales y dispuestas a actividades comerciales, de corte netamente mercurial o ajenas a la vocación del recinto, como ferias de vehículos, conciertos o espectáculos ruidosos, incompatibles con el ambiente tranquilo que requieren las distintas especies animales.

El decreto 2204-68, del 22 de marzo del 1968, que crea el Patronato dice que el mismo está constituido “por ganaderos, criadores, productores de animales vacunos de carne y leche; equinos, aves y profesionales-técnicos de la rama pecuaria y el director de Ganadería, como miembro exoficio”, pero no habla vendedores de autos ni de promotores de espectáculos.

Solo en ocasión de la Feria Agropecuaria Nacional, una vez al año, en toda la Ciudad Ganadera usted puede ver caballos de paso fino en algunos pabellones, pero ni un chivo, un ovejo o un ejemplar vacuno.

Desplazamiento

 Porque, por la errada y abusiva práctica de la actual presidencia del PNG, equinos y vacunos han sido desplazados descaradamente por autos en venta, como en la actualidad, que estos copan las calles internas, las aceras, el Ovalo Central (espacio de competencias equinas y exhibiciones de ejemplares) y hasta los frentes de las naves o hábitat de los animales, impidiendo que equinos de paso fino sean bañados o montados por los dueños, por niños de la escuela de equitación o menores autistas que reciben prácticas de “equino terapia”.

 Por cierto, Fernando Nuñez, fundador de ADOPASO, deploró que el Ovalo, cerrado y negado para esto, fuera abierto para la venta de autos. Evidente inversión de papeles y una condenable distorsión de la misión primaria de la Ciudad Ganadera.

El uso actual que da el Patronato al Ovalo, méramente comercial, jamás hubiera sido auspiciado ni permitido por recordados y emblemáticos ganaderos, como Joselyn Rodríguez Conde, Juan Alexis Alonzo y el finado don Julio Brache Arzeno.

Mientras se ignora el destino de los recursos que dan el Estado y otras entidades al Patronato, y los que recibe de actividades de eventos ajenos a la ganadería, preocupa a usuarios tradicionales y nuevos la falta de mantenimiento, de transparencia y la ausencia de soluciones sostenibles, como la instalación de jaulas temporales durante la Feria Agropecuaria, para colocar a los animales que pernoctan por gran tiempo en la Feria, en vez de pretender desalojarlos, aunque algunos de ellos vayan a competir en la celebración.

Se refleja una desconexión  alarmante entre la misión institucional del PNG y las decisiones de la actual presidencia de la entidad. Ante el panorama preocupante, le urge al Patronato de Ganadero tener mejor guía y otro rumbo.

Redacción

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