POR ALFREDO FREITES.- La indolencia de las autoridades nacionales se puso nuevamente de manifiesto con la tragedia que asoló el país el sábado al repetirse la inundación en el Gran Santo Domingo que tomó desprevenida a la población, cobrando vidas humanas y daños incalculables en viviendas y negocios.
El gobierno concentró el grueso de su publicidad en promover una alianza política sin avisar a la población de la dimensión de lo que se avecinaba. El meteoro tomó de sorpresa al gobierno que no adoptó medidas de prevención y la tragedia sacudió a la familia dominicana.
El abandono de las prácticas de protección a la población es ya estilo de este gobierno.
No se debía hacer, pero parece que hay que decirle al gobierno que todos los días son de trabajo. Este sábado fue similar a uno reciente con la Ciudad Colonial abandonada a los desmanes del tigueraje. Un mal ejemplo fue que un funcionario a cargo del socorro a la población en medio de la crisis anunciaba que se iba de vacaciones a una boda.
Es más, el jueves desmentían la posibilidad de un estado de emergencia ante los aguaceros.
El sábado en la noche, con el país a oscuras y la capital inundada, fue cuando el presidente anunció el cese de actividades. Como siempre, pone candado después que llega el lobo.
El país critica que Obras Públicas abandonara el mantenimiento del paso del túnel de la 27 de Febrero, aunque desde hace meses la población estaba señalando el peligro de derrumbe. La tragedia enluta a los dominicanos y el dolor no tiene remedio.
La improvisación en el manejo de los servicios públicos es más que evidente. Cada día se manifiestan errores por el abandono de las experiencias acumuladas y esos fallos cobran vidas inocentes como ocurre en la lucha contra el dengue.
Lo que percibe la población es que tenemos un gobierno desesperado ante el fracaso de su lema de campaña reeleccionista porque la honestidad en su administración es otra mentira que se ha ido destapando con un escándalo tras otro. A un rifa reeleccionista le sigue el turbio manejo del Acuario, el desenfreno financiero saltó del Intrant para elevarse al Poder Ejecutivo que inicia un préstamo clandestino con Aerodom para manejar personalmente miles de millones de pesos porque cuando el dinero llega fuera de la ley de presupuesto entra al bolsillo presidencial quien lo puede gastar como guste.
Es en medio de esos escándalos de deshonestidad e improvisación que la población es castigada con el abandono del gobierno.
