SANTIAGO DE LOS CABALLEROS.- Las diferentes organizaciones populares, feministas de las 14 provincias de la región Norte, mostraron su preocupación por la situación de deterioro de los servicios que se vive en el país.
En ese sentido, durante una rueda de prensa en el local de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, Raquel Rivera, quien leyó el documento, dijo que se hace necesaria la articulación de todos los espacios de la sociedad, para discutir un plan de acción que permita enfrentar el gran impacto que en termino sanitario, económico, político, social e institucional, tiene para la gran mayoría de la población la pandemia del COVID-19.
Observan con gran preocupación el deterioro de los servicios básicos como salud, agua potable, luz eléctrica e incremento de los artículos de primera necesidad, las medicinas, así como la violación a los derechos más elementales de la población, por lo que creen que este virus vino a dejar al desnudo la realidad que como nación ya se vislumbraba.
“Una crisis sanitaria que el gobierno ha aprovechado a su favor en tiempo de campaña electoral y sin ningún tipo de miramiento ni cuidado y que está provocando importantes niveles de contagio en la población; con un sistema de salud pública colapsado, evidencia la poca capacidad de repuestas para pacientes y personal de salud”, apuntaron representantes de los grupos populares.
Rivera expresa que la crisis sanitaria sigue dejando efectos destructivos en la economía y la sociedad, a una velocidad inusitada y destructiva, afectando profundamente la actividad productiva en múltiples aspectos, así como la demanda que debe prevalecer entre bienes y servicios, el bienestar económico y la salud emocional de millones de dominicanos.
Denuncia que supuestas mafias empresariales peledeístas buscan sacar ganancia política y económica y que el estado de emergencia ofrece una sombrilla legal de impunidad para las compras gubernamentales. Ante la situación, plantea un plan de lucha por demandas sociales, que permitan al pueblo una mejoría de los niveles de vida.
MIGUEL PONCE
